Cómo evitar el embarazo de una gata

Por Jgallego19

La mayoría de personas que tienen como mascota alguna gata quieren evitar la proliferación no planificada y la producción de gatitos no deseados. Casi todos los métodos anticonceptivos previenen que las gatas tengan su ciclo menstrual. Así no se podrá producir el apareamiento y la concepción.

El ciclo puede ser controlado de forma permanente o temporal. La prevención del embarazo también es posible realizarla después de haber ocurrido el apareamiento.

Datos de interés sobre el embarazo de una gata:

  • El ciclo reproductivo de las gatas es muy diferente al de las mujeres. Las gatas generalmente se someten a un ciclo menstrual entre una y tres veces al año. Si ocurre un apareamiento justo en el ciclo, el embarazo tiene más posibilidades de producirse que si la gata no estuviese en el ciclo menstrual.
  • La gata suele desarrollar un ciclo regular y cualquier alteración de éste ciclo debe ser tomada muy en serio.
  • En ocasiones, factores como la mala salud pueden actuar para retrasar o suspender el ciclo.
  • A diferencia de las mujeres, las gatas no experimentan la menopausia, y por lo general siguen manteniendo el ciclo menstrual a lo largo de toda su vida.
  • El primer período de celo por lo general ocurre entre los 12 y 16 meses de edad, cuando la gata ya ha alcanzado el 80% de su tamaño adulto. A veces el primer ciclo de una gata puede ser olvidado o pasar desapercibido por su propietario porque los signos físicos suelen ser sutiles y no duran mucho tiempo. Debes estar muy atento en dicha etapa.
  • Los ciclos normales de celo duran alrededor de tres semanas.

El ciclo menstrual.

El primer signo del ciclo es cuando la vulva se hincha y se vuelve de un tono rojo sangre. En el principio de esta etapa los gatos machos pueden mostrar interés por las gatas, pero ellas no permiten el apareamiento. Dura alrededor de 9 días. Cuando la secreción sanguínea, típica de esta etapa, se reduce, las gatas ya permiten el apareamiento.

Formas de evitar el embarazo de una gata.

  • Evitar los gatos machos, al menos mientras la gata esté en celo.

Éste es el método más seguro y natural. Deberemos tener especial cuidado y no quitar ojo a nuestra gata, ya que el peligro no está solo en los gatos machos, si no que las gatas pueden desviarse también en su etapa de celo y volverse más receptivas que normalmente.

  • La castración.

Éste es el método más común para el control de la natalidad, y es un método permanente, previene quirúrgicamente el ciclo menstrual y, por tanto, el embarazo. La operación consiste en extirpar el útero y los ovarios. La mayoría de los veterinarios aconsejan este procedimiento. Lo mejor es que la intervengan cuanto antes, incluso antes de la pubertad, hasta con sólo 6 semanas de vida. La castración temprana tiene un beneficio adicional para la salud, disminuye la probabilidad de padecer cáncer de mama en el futuro.

  • La prevención química del ciclo menstrual.

Para este método podremos utilizar diversos fármacos similares a las hormonas reproductivas naturales. Son administrados por inyección o por comprimidos en los intervalos especificados. Es muy importante el asesoramiento del veterinario para el seguimiento del tratamiento. Muchos de estos medicamentos tienen efectos secundarios potencialmente graves que se deben tratar con el veterinario.

  •  Intervención química después de un apareamiento inesperado

Si te das cuenta de que tu gata se ha apareado y no quieres que tenga gatitos, ponte en contacto tan pronto como puedas con el veterinario, él te dirá las diferentes opciones para la interrupción del embarazo, en caso de producirse. El tratamiento inmediato será similar al que podemos usar los humanos, la “píldora del día después”. Todos los fármacos utilizados en la prevención del embarazo tienen efectos colaterales, por eso sólo se utilizarán en casos como el que estamos exponiendo, al límite, nunca como método anticonceptivo.

Piometra.

La Piometra es una infección grave de la matriz. Se da más frecuentemente en gatas mayores que no han sido castradas. Por lo general, esta gravísima enfermedad requiere tratamiento de emergencia. La solución más clara y concisa para esta enfermedad es la extirpación quirúrgica del útero, pero los riesgos son mayores.

El ciclo reproductivo de las gatas es complicado, y durante ese tiempo van a someterse a muchos cambios hormonales que pueden alterar su salud y temperamento. Si la gata no está castrada, el dueño deberá estar familiarizado con todos estos cambios, ya que son naturales en su ciclo menstrual, además de estar alerta a cualquier signo de posible apareamiento.