como forrar puertas con vinilo para conseguir acabado lacado

Por Marta

Como ya he dicho alguna vez, uno de los problemas en mi casa de alquiler es la falta de luz, yo no se si tengo complejo de planta y me marchito sin luz, pero es que me parece esencial para estar de buen humor. Una de las cosas que más la oscurece es la carpintería interior, necesitaban un lavado de cara inmediato, y con este DIY pretendo enseñaros lo que hice, encantada estoy con el resultado.

Así que una de las primeras cosas que pensé fue en cómo acabar con las puertas de este armario,

de melamina acabado madera de roble (un marrón rojizo) y con biseles en dorado mate, setentero, digamos por ser indulgentes.

Bien el problema de nuevo es que mi casa es de alquiler, por lo que pintarlas estaba descartado, tenía que ser con algo que se pudiese quitar si es que el dueño de verdad quiere conservar la versión anterior, así que

necesitaba un DIY que pudiera quitar luego sin dejar huella.

Después del buen resultado de esta otra puerta que customizamos a rayas, y de hacer desaparecer la cenefa de la cocina, me animé a hacer lo mismo con este armario.

Os confieso que al principio me hice trampas y compré un vinilo en un chino para probar, errooor,erroooor garrafal, ya que no cubría la madera de verdad transparentaba un poco y el resultado era grisáceo, no luminoso.

Además de que al quitarlo me pasé horas despegándolo con una uñita, es tan fino que a cada centímetro se partía y fue un engorro, en fin, lo barato sale caro, ya lo he aprendido, os aseguro que fueron horas!.

Paso 1:

Pedir a un fornido muchacho que me sacase las puertas y las tumbase en el suelo, para trabajar mejor ( podía haberlo hecho yo, aunque pesan mucho, es mejor pedir ayuda, no pasa nada por pedir ayuda he asumido que no soy superwoman hace tiempo, la altura de estas puertas es de unos 2,5 metros, el techo de esta casa es más alto de lo habitual).

. Paso 2:

Coloca el vinilo sobre la puerta para calcular qué ancho necesitas, ya que siempre, repito siempre, hay que dejar como mínimo 2 cm extra por cada lado y cuando hablamos de cubrir una gran superficie, como esta yo dejo 8 cm extra por cada lado, porque lo normal es que te tuerzas un poco y si no dejas este margen te puedes encontrar con que cuando llegues a la mitad, uno de los lados no lo puedas cubrir de lo que te has torcido, y eso ya no tiene mucho arreglo, el vinilo de alta calidad se puede despegar y volver a pegar, pero si tienes que levantar 50 cm que ya habías pegado, no te va a quedar igual de bien al volverlo a pegar.


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Esta misma indicación nos sirve para el largo, tendrás que dejar unos 2cm de margen en la parte por la que empieces a pegar y tener claro que superará el largo total, ya cortarás lo que sobra.

Paso 3:

Despegamos una franja de unos 3 cm del protector del vinilo y lo fijamos a un extremo de la puerta, o el superior o el inferior, dejando una parte del vinilo volada, al aire, este es el margen que dejamos por ese lado, que cortaremos luego.

Vamos pegando el vinilo, con la espátula, en horizontal, desde el centro de la puerta y hacia los 2 lados.

Paso 4:

Y continuamos así hasta el final de la puerta, no hay que tener cuidado con que los lados, los que sirven de asidero, queden bien, los dejamos sin pegar del todo, luego,cuando cortemos el sobrante será cuando los dejemos bien de verdad.

El rollo de vinilo lo vamos desenrollando y pegando a la puerta casi al mismo tiempo, procurando siempre ir pegando desde el centro hacia los laterales, con calma, viendo que no quedan burbujas de aire aprisionadas, antes de seguir bajando por nuestra puerta, a estas alturas probablemente te habrás enamorado de este material.

Paso 5:

Cuando hemos llegado al final de la puerta cortamos el sobrante, pero dejando también un buen margen, este margen lo cortaremos luego o lo doblaremos cubriendo el canto de la puerta, depende de lo que queramos hacer, si nuestra puerta no es corredera puede que queramos tapar el canto.

Paso 6:

Dejamos bien terminados los extremos laterales,los que están pegados al perfil que sirve de asidero, que hemos dejado sin pegar del todo antes, para hacerlo, ayudados de una espátula y una regla, le daremos la forma de esa parte, procurando dejar pegado lo más posible, y subiéndonos un poco por el asidero también.

Apoyamos entonces la regla y con el cutter cortamos el sobrante por encima de la regla, en paralelo a la superficie del armario, así nos sobrarán unos 3 mm de material que se quedan sobre el asidero, luego, con la espátula, procedemos a "someterlo" como si fuese una sábana bajera, por debajo de esa moldura. Si no podeis hacerlo, ya que depende del asidero que tengais, para evitar estos 3 mm de más volveis a cortar con cuter y regla hasta dejarlo a ras de esa moldura.

Continuamos a lo largo de todo el asidero hasta el final de la puerta.

Paso 7: Cortamos el sobrante de la parte superior.


Para hacerlo, doblamos ligeramente el vinilo, para que nos quede claro dónde acaba la puerta, y pasamos el cuter por esa doblez, si tienes buen pulso, sin regla de corte,ya que el mismo borde de la puerta te sirve de apoyo al cuter, si no te
atreves, utiliza la regla de corte (aconsejo usarla siempre).

Después de hacer esto mismo con el sobrante inferior la puerta ya está lista para ser colocada.

Paso 8:

Hacemos el marco de la puerta.

Probablemente lo más inteligente habría sido hacerlo con las puertas quitadas, pero es que en principio sólo iba a hacer las puertas, no pensaba hacer también el marco, y con lo que pesan pensé que era mejor dejarlas como estaban y no tener que pedir ayuda, este DIY se puede hacer de las 2 maneras, con ellas puestas o quitadas.

El marco tiene dos dificultades:

las esquinas a inglete (las maderas se encuentran en un ángulo de 45º) y que los bordes exteriores están redondeados.

Yo empecé por la parte superior del marco y tapé también el carril de color bronce por el que discurren las puertas, para hacerlo hay que hacer lo mismo que con la puerta, dejar suficiente margen por todos los lados y luego cortar o doblar hacia adentro (como en el caso del carril. que me valió con doblarlo hacia adentro).

Para hacer el inglete y el encuentro con el travesaño vertical, hay que:

Ajustar lo más posible el vinilo a esa parte,

Hacer un corte dejando margen (que no tiene por que ser perfecto, ya que luego lo recortaremos más, es la imagen del centro),

Una vez tengamos hecho ese corte doblamos el vinilo hacia afuera buscando dejar marcada una doblez justo por donde está el inglete, que es fácil de encontrar por que el vinilo reproduce el volumen de la moldura.

Para cortar la parte exterior de la moldura:

Una vez hecho esto, con el cutter y la regla cortamos justo por donde hemos dejado marcado el inglete y retiramos el sobrante.

Pegamos bien con los dedos siguiendo la forma curva que tiene la moldura,

Cortamos el sobrante, ayudate de una regla de corte, apoyando el cuter por la parte más pegada a la pared y en perpendicular a la moldura corta, asegurate de que ha quedado bien pegado siguiendo la curva.

Si se levanta, lo más probable es que tengas que aplicar calor con un secador mientras lo adaptas a la moldura de nuevo, con el calor lo que conseguimos es deformarlo, ya que el vinilo no deja de ser un plástico.

Para hacer las 2 molduras verticales hacemos lo mismo con los ingletes y todo el proceso, empezando desde la parte de arriba de la puerta, en este armario decidí que quería cubrir una parte del interior, de forma que no se viese nada de la anterior madera estuviesen la puertas correderas donde estuviesen, así que el vinilo tenía que doblarse 2 veces, la verdad es que la parte más complicada fue conseguir mantener una línea recta por la parte interior, ya que ahí no hay línea que seguir, ni moldura que te sirva de guía, si fuese menos impaciente podía haber trazado una línea con lápiz para seguirla. Pero por el resto el proceso es exactamente igual.

Y taraaaaaan!!!!

Os lo creais o no, el simple hecho de que sea blanco entero (salvo los agarradores, que igual compro unos en cualquier ferretería) está consiguiendo que ¡la luz en ese dormitorio se haya multiplicado por 2!, cuando tenga que deshacerme del vinilo, bien por que el dueño quiera conservar el color oscuro anterior, bien por que mis hijos se hayan pasado al lado oscuro y lo quieran negro, que todo llega, no hay más que retirarlo, tirando desde un punto, al ser grueso sale entero, y limpiar después la superficie con un algodón empapado en aceite.

¿Os ha gustado? ¿Alguna pregunta, ruego o sugerencia? Por cierto, este post participa en el reto de facilisimo Decoración DIY, por si quereis ver más ideas de decoración DIY.

Después del éxito, ha sido tanta la gente que me ha preguntado dónde conseguirlo, que ahora vendemos el vinilo también así, en crudo, ahora, os advierto, causa adicción, empiezas por una cenefa fea y acabas vinilando toooodo!!!