Cómo hacer 5 picantes del mundo que puedes preparar en casa

Por Tererecetas @tererecetas

El picante es una de esas sensaciones que dividen opiniones: hay quienes lo evitan a toda costa y quienes no conciben un plato sin ese toque ardiente que despierta el paladar.
Pero el picante no siempre tiene que ser agresivo o insoportable; detrás de cada condimento hay una historia, una cultura y una manera distinta de disfrutarlo.

En distintas partes del mundo, los cocineros han creado sus propias versiones del picante: algunos lo mezclan con hierbas, otros con frutas o fermentos. Lo mejor es que muchos de estos condimentos se pueden preparar fácilmente en casa, con ingredientes que quizás ya tienes en la despensa.

Aquí te presentamos cinco picantes del mundo que puedes elaborar tú mismo y cómo aprovecharlos en tus platos del día a día.

1. Harissa (Túnez): el fuego del norte de África

Originaria de Túnez, la harissa es una pasta espesa y aromática que combina chiles secos, ajo, comino, cilantro y aceite de oliva.
Su sabor es picante pero complejo, con un toque ahumado que la hace irresistible.

Cómo hacerla en casa:
Hidrata los chiles secos en agua caliente, luego procésalos con ajo, sal, comino y un chorrito de aceite de oliva hasta obtener una pasta.
Guárdala en un frasco con una capa de aceite encima para conservarla varios días.

Usos: perfecta para acompañar carnes a la parrilla, couscous o incluso para dar un toque exótico a una mayonesa casera.

2. Chili Oil (Asia): el aceite picante que va con todo

El chili oil o aceite picante asiático se ha convertido en un básico en la cocina moderna. En su versión más tradicional, mezcla aceite caliente con chiles secos, ajo y especias, logrando un sabor profundo, aromático y adictivo.

Cómo prepararlo:
Calienta aceite vegetal (de sésamo o girasol) a fuego medio con ajos laminados, anís estrellado o jengibre. Antes de que el ajo se queme, retira del fuego y vierte el aceite sobre una mezcla de copos de chile seco y sal.
Déjalo reposar y guárdalo en un frasco hermético. Cuanto más tiempo pase, más sabor ganará.

Usos: agrégalo sobre arroces, ramen, verduras salteadas o incluso pizzas. También puede usarse para hacer una vinagreta picante o dar vida a cualquier plato con solo unas gotas.

3. Chimichurri (Argentina): el picante verde del asado

Aunque muchos lo consideran una simple salsa de ajo y perejil, el chimichurri argentino puede ser tan suave o tan picante como quieras.
Lo importante es el equilibrio entre la acidez del vinagre y la intensidad del ají molido.

Receta rápida:
Mezcla perejil fresco picado, ajo, orégano, ají molido, vinagre de vino y aceite de oliva. Déjalo reposar unas horas para que los sabores se integren.

Usos: acompaña perfectamente carnes, pescados e incluso verduras a la parrilla.

4. Wasabi (Japón): el picante que no quema… sino que sube

A diferencia del chile, el wasabi japonés no quema la lengua, sino que produce una sensación intensa que sube por la nariz y se disipa al instante.
Su sabor es fresco, vegetal y ligeramente dulce, ideal para realzar los sabores del pescado crudo y del arroz avinagrado.

Se obtiene del tallo rallado de la planta Wasabia japonica, aunque fuera de Japón se suele usar una mezcla de rábano picante y mostaza verde como sustituto.

Si quieres conocer más sobre las diferencias entre el wasabi auténtico y el falso, su historia y cómo usarlo correctamente en tu sushi, te invito a leer esta guía completa sobre el wasabi del portal Sushi10.net.

Usos: además de con sushi o sashimi, puedes mezclarlo con mayonesa, añadirlo a una vinagreta o usarlo para dar un toque inesperado a un puré de patatas o un cóctel.


5. Gochujang (Corea): dulzón, fermentado y adictivo

El gochujang es una pasta coreana de color rojo oscuro y sabor profundo. Combina picante, dulce y umami gracias a su fermentación con arroz, soja y chiles.
Aunque el original requiere semanas de reposo, puedes preparar una versión casera más rápida.

Receta simplificada:
Mezcla pasta de miso, gochugaru (polvo de chile coreano), miel, vinagre de arroz y un poco de aceite de sésamo. Guarda en un tarro y deja reposar un par de días antes de usar.

Usos: en salteados, marinados, sopas o para darle un toque coreano a unas simples alitas de pollo.


Un viaje picante por el mundo sin salir de tu cocina

Cada cultura tiene su forma de entender el picante: desde el calor seco del norte de África hasta el picor nasal del wasabi japonés o el dulzor fermentado del gochujang coreano.
Lo fascinante es que todos pueden hacerse en casa, adaptando el nivel de picor a tu gusto y experimentando con nuevas combinaciones.

Así que la próxima vez que quieras darle chispa a un plato, olvídate del mismo chile de siempre: prueba un picante distinto y deja que tus papilas gustativas viajen de Túnez a Japón en un solo bocado.

Beneficios del picante

El picante casero aporta diversos beneficios para la salud gracias a la capsaicina y otros nutrientes presentes en los chiles frescos. Entre ellos destacan:

  • Mejora la digestión al estimular la producción de jugos gástricos y favorecer la absorción de nutrientes, con efecto protector de la mucosa intestinal.
  • Es antiinflamatorio, antibacteriano y antiséptico, ayudando a prevenir infecciones y toxiinfecciones alimentarias.
  • Activa la circulación y mejora la salud cardiovascular al reducir la presión arterial y actuar como vasodilatador.
  • Acelera el metabolismo aumentando la quema calórica y favoreciendo el control del peso.
  • Tiene efecto analgésico natural, liberando endorfinas y dopamina para aliviar el dolor.
  • Ayuda a modular los niveles de glucosa, beneficioso para personas con diabetes.
  • Aporta antioxidantes que previenen el envejecimiento celular y pueden ayudar en la prevención de algunos tipos de cáncer.
  • Favorece la eliminación de mucosidad, siendo útil para aliviar síntomas de resfriados o congestiones nasales.

El consumo moderado de picante fresco casero preparado con ingredientes naturales y acompañado de grasas saludables potencia estos efectos beneficiosos para la salud general y el bienestar.

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