Un insomnio severo fue la característica los últimos días de vida de Michael Jackson, que ante la impotencia de dormir suplicaba a su médico por "su leche'': un "mix" de diacepam, lorazepam y midazolam, combinado con propofol intravenoso, para poder paliar sus angustias.
El médico del "Rey del Pop", el cardiólogo Conrad Murray dijo que Jackson estaba muy familiarizado con el anestésico hipnótico, y que se refería a él como su "leche''.
"No hay tratamiento para el insomnio en la Tierra que incluya el propofol'', dijo a la AFP el doctor Drew Pinsky, un psiquiatra conocido en Hollywood que además presenta el programa de cable "Celebrity Rehab'' (Rehabilitación de celebridades por adicción a drogas).
El cardiólogo Murray admitió a la policía que llevaba seis semanas tratando el insomnio de Jackson y empezó inyectando 50 miligramos de Propofol para luego bajar la dosis hasta llegar a 25 miligramos.
La dosis de propofol para inducir sueño es 2.5 mg por kilogramo de peso. Michael Jackson pesaba aproximadamente 55 kg poco antes de su muerte. O sea que los 50 mg no constituían una dosis plena de propofol (si es cierto que sólo le inyectaban 50 mg).
El médico decidió mezclar el tratamiento con Lorazepam y Midazolam, otros sedantes fuertes, según documentos judiciales publicados el lunes.
Fue así como Murray el 25 de junio -día que Jackson murió-, decidió darle Valium, pero como no le hizo efecto para dormir, media hora después le inyectó Lorazepam.
Dr. Conrad "The Donkey" Murray
Peligrosamente se estaban asociando diversidad de drogas hipnóticas. Entre ellas pueden potenciar sin medida sus efectos depresores del sistema nervioso y del aparato cardiovascular, dando como resultado paro respiratorio, paro cardíaco, coma y muerte.En la madrugada seguía sin poder dormir y entonces le facilitó Midazolam, pero estos sedantes no surtieron efecto en el músico.
Fue entonces cuando, atendiendo un pedido del propio Jackson, el cardiólogo le inyectó 25 miligramos de Propofol en la mañana, unas dos horas antes de que colapsara en la casa.
Tras la inyección de Propofol, Jackson logró dormir y el medico se ausentó un momento para hacer unas llamadas telefónicas. Cuando regresó a la habitación el cantante no estaba respirando, intentó reanimarlo, llamó a los paramédicos, fue trasladado al hospital de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y allí fue declarado muerto.
La potencia de la dosis de propofol, sumada a la potencia aún existente de los hipnóticos que había recibido anteriormente, causó un terrible efecto depresor de la respiración. El Rey del Pop, de pronto, dejó de respirar. Tal vez su lengua, laxa por la profunda sedación, cayó hacia atrás y le ocluyó la vía aérea. Paro respiratorio. Su doctor... ¡había salido un momento! Al paro respiratorio siguió el paro cardíaco, por falta de oxígeno. En seguida muerte cerebral, por no llegada de sangre al cerebro aportando oxígeno y nutrientes. No tardó en venir el lamentable fallecimiento de gran Michael Jackson. Al volver su doctor ya era demasiado tarde. Esa breve ausencia fue fatal. Bastaba esta simple maniobra...
...y millones hubiéramos gozado con su regreso.
"El Propofol no es una medicina para tratar el insomnio en ningun caso. Tiene una altisima peligrosidad y no puede darse fuera del hospital en una casa'', dijo a la AFP Alexandre Rocha Abreu, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami.
Estamos muy de acuerdo. No se puede comprender qué cosa llevó al Dr. Murray a prescribir tan negligentemente el propofol.
Se utilizó información del Miami Herald
El Nuevo Miami Herald