La Plataforma Internacional contra la Medicalización de la Infancia me escribe con un extenso y profundo reportaje de New York Times titulado algo así como La venta del Trastorno de Déficit de Atención. Trata sobre cómo las farmacéuticas venden la enfermedad del TDAH. Y ¿cómo venden ese trastorno? pues fácil comprando. En este caso a médicos que ejercen de líderes de opinión y fomentan su diagnóstico y medicalización.
Según el portal ProPublica las farmacéuticas han pagado al prestigioso Dr. William Dodson, director propietario del ADD Dodson de Denver, 45.000 dólares por las conferencias que ha dado para divulgar el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y su medicación.
Una inspección del Senado estadounidense reveló que las investigaciones del Dr. Biederman habían sido financiadas por las farmacéuticas, que le pagaron 1,6 millones en concepto de conferencias y consultorías. Este médico niega que estos pagos hayan influido en sus investigaciones.
Se trata “del mayor experto en la investigación en psicofarmacología sobre el TDAH“, conocido por su entusiasmo por los estimulantes. Los hallazgos provenientes de las docenas de estudios por él realizados sobre el trastorno y sobre marcas específicas de estimulantes son los que han servido a los folletos de las farmacéuticas que financiaron aquellos trabajos. Proveyó a las farmacéuticas de publicaciones supuestamente científicas para generar propaganda.
Se ha publicado que Biederman confesó antes de morir que “es una enfermedad ficticia”.
Así, presentan los medicamentos como soluciones inocuas para regular las conductas del niño. Un anuncio de Concerta que apenas mencionaba el TDAH, decía que la medicación “permite que tus pacientes experimenten una vida de éxito día a día”.
La publicidad de las farmacéuticas también significa un buen negocio para las revistas médicas, las mismas donde se publican los artículos en los que se apoya el uso de estos fármacos. La más importante, The Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, pasó de no publicar ningún anuncio sobre medicamentos para el TDAH a insertar, una década después, 100 páginas a todo color que anuncian medicamentos para el TDAH.
Siguiendo la práctica habitual del marketing de las farmacéuticas, los posibles efectos secundarios de los estimulantes como el insomnio, la irritabilidad o los episodios psicóticos se imprimen con letra pequeña. Brian Lutz, que trabajó para laboratorios Shire como visitador entre 2004 y 2009, dijo que visitaba a 75 psiquiatras cada dos semanas en Oakland, unas 30 a 40 veces al año, para suministrarles comunicaciones y folletos que ponían de relieve los beneficios de la medicación en la consecución de buenas notas y conducta escolares.
Un anuncio de 2009 de Intuniv, uno de los medicamentos de Shire, mostraba a un niño disfrazado de monstruo que se estaba quitando una peluda máscara para enseñar su encantadora cara. El texto que acompañaba a la imagen decía: “Ahí detrás hay un gran chico”. La publicidad de fármacos hace mucho daño.
Estimulantes como Adderall, Concerta, Focalin y Vyvanse y no estimulantes como Intuniv y Strattera se han anunciado (por suerte sólo hay dos países en el mundo -EE.UU. y Nueva Zelanda, que permiten la publicidad de medicamentos de receta) y lo ha hecho en múltiples ocasiones desde el año 2000.
En este “desastre de peligrosas proporciones” han sido fundamentales muchos médicos que muestran una imagen benigna del diagnóstico y la medicación a pesar de que puede desencadenar eventos adversos graves y a pesar de estar sujeta a la misma regulación que la morfina o la oxicodona por su potencial de abuso y adicción.
Shire llegó a un acuerdo extrajudicial el pasado mes de febrero y decidió pagar una multa de 57,5 millones de dólares con el fin de zanjar varios procesos por venta y publicidad engañosa sobre varios de sus productos incluyendo Vyvanse, Adderall XR y Daytrana, que es un parche que libera la misma medicación estimulante a través de la piel.
Pero no sólo prescriben los médicos, también lo hacen con sus buenas intenciones y recomendaciones las asociaciones de pacientes. Mirad quiénes financian la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH). Como podéis ver en la barra lateral de la página, un poco más abajo:
El portal de Feaadah es posible gracias a la colaboración de las siguientes entidades: Lilly, Janssen, Rubió”.
Esos laboratorios son fabricantes de algunos fármaco citados. Shire, además de patrocinar a la FEAADAH ofrece “servicios para personal sanitario” en la web del programa Pandah. También están en el comité asesor y en el científico de ese proyecto destinado a hacer lobby. Si queréis saber quién está detrás del proyecto corporativo leed Pandah y el nuevo medicamento para la “infancia TDAH”.