Sobre la no-identificación con las emociones negativas.
Una práctica interesante y liberadora es la no-identificación con las
emociones negativas.
Pues bien, ¿Qué son y cómo se generan las emociones negativas?
La respuesta es de comprensión simple:
Son emociones negativas todo aquel sentir interior que lo arrastra a uno
hacia el lodo, hacia el lado oscuro y desagradable de uno mismo.
Cuando usted capta que algo en su mente se está complicando, enredando, y
llevándolo a sentirse mal consigo mismo, en ese momento está frente a una
emoción negativa.
Muchas de estas emociones se originan siguiendo una pauta que con el
tiempo, si usted la observa, resulta repetida y por lo tanto reconocible.
Obsérvese.
Usted tiene una experiencia cualquiera, que capta a través de sus
sentidos y recibe en forma de impresiones, y resulta que cuando estas
impresiones llegan a su mente éstas se asocian con ideas antiguas. Entonces
estas ideas, estos pensamientos, estos recuerdos preexistentes literalmente
trastocan y transforman estas nuevas impresiones, arrastrándolo a usted
hacia un espacio interno negativo, pesado, indeseable.
Así¬ sucede. Así es como se originan muchas de las emociones negativas. Son
fruto de un encadenamiento de asociaciones mentales involuntarias y muy
perjudiciales.
Y como usted no le pone atajo a este proceso mental, porque ni siquiera
se da cuenta de que esto sucede, en su mente comienza a desplegarse un rollo
de pensamientos y emociones cargadas de una energía negativa, con las cuales
usted se identifica y por las que es arrastrado.
Nótese que para ser felices no nos falta nada que ya no tengamos, nada
nos falta que pueda producirnos y justificar la ansiedad y angustia que a
veces sentimos. Porque para ser felices no se trata de obtener algo que nos
falte, sino que de desembarazarse lo más rápido posible de algo que nos
sobra: las emociones negativas. Ellas son las que nos impiden obtener la
ansiada felicidad.
Ahora bien, liberarse de esta clase de emociones, no-identificarse con
ellas, es un hecho extraordinario y perfectamente posible.
El método consiste en decirle que no a las emociones negativas. Consiste en
reconocerlas en el momento preciso que van a formarse, cuando las nuevas
impresiones empiezan a mezclarse con esas ideas, pensamientos o recuerdos
preexistentes de que hablamos. Cuando usted se da cuenta que si permite que
se desenrolle en su mente ese rollo negativo, producto del proceso de
asociaciones que ocurre en esa misma mente, el asunto no tiene otro destino
que una mala onda; en ese momento usted tiene que negarlas, no darles cabida
no permitirles que respiren.
Tenga en cuenta que una emoción negativa es siempre algo agregado a la
experiencia. Algo que uno le agrega a lo que verdaderamente sucede. Algo que
ocurre en nuestras mentes y no en la realidad.
Por ejemplo: cuando usted se pega un martillazo en un dedo y, además del
dolor, empieza a pensar en la mala suerte que tiene; en lo poco diestro que
ha sido; en que ese dedo hinchado no le va a permitir trabajar como usted
quiere; en que si tiene el dedo quebrado tendrá que ir al médico y que esto
casi siempre es muy caro; y que entonces tendrá problemas con su presupuesto
justo cuando querí¬a hacerle un buen regalo a su novia…
Este es un buen ejemplo de encadenamiento de asociaciones negativas.
Como se ve, estos pensamientos son absolutamente agregados al hecho de
haberse golpeado un dedo con el martillo y sentir su dolor.
Como queda claro entonces aquello no es más que el producto de un
proceso mental equivocado. Un agregado mental que está de más, que es
prescindible.
¿Lo ve usted? Es perfectamente posible vivir sin que esta cadena de
asociaciones negativas tenga lugar. Liberarse.
Sólo recuerde y dígase: todo esto sucede en mi mente y no en la realidad
Tómelo si quiere como un vil engaño de su mente indisciplinada,
especí¬ficamente de su intelecto donde uno, en forma errónea, vive la mayor
parte del tiempo reduciendo toda la existencia a su dominio.
Dicho sea de paso, hay que comenzar a entender que reducir la vida al
plano del intelecto es condenarse a vivir una vida disminuida, un grave
error. Cosa ésta que uno hace sin darse cuenta, desperdiciando la vida,
identificándose con ilusiones la mayorí¬a de las cuales son negativas,
violentas, depresivas, infernales.
En resumen: La emociones negativas existen sólo si usted les permite la
existencia. Solo si usted no está atento para detenerlas en el momento
preciso que se empiezan a formar. Sólo si usted insiste en creer que ellas
son inevitables y no hace el esfuerzo por descubrir y comprender su
condición de mero agregado psicológico, prescindible.
En ese caso usted es ví¬ctima de las emociones negativas. Cuando se deja
llevar por ellas y no les pone atajo. Primeramente poniendo mucha atención y
voluntad y, después con el tiempo y la práctica, con la simple y profunda
comprensión de que éstas no sirven para nada, sino para perjudicarnos la
existencia. Para impedirnos ser personas sencillas y felices…
¡Libérese!
Graciela E. Prepelitchi
La felicidad es un bien que se multiplica al ser dividido