Ayer los gemelos cumplieron tres meses. Están creciendo muy rápidos, tal como todo el mundo me lo había avisado. Están aprendiendo nuevas cosas cada día, lloran, se ríen, juegan, descubren su mundo y a si mismo. Son una pasada... y a veces una pesadilla.
Hace tres meses que soy madre de mellizos. Hace tres meses no he dormido una noche entera, ni tampoco media noche. Si pillo cuatro horas me siento afortunada. Hace tres meses que para estar sola me refugio en la lluvia para que el sonido del agua cayendo me proporcione un espacio privado aunque sea por 10 minutos. Hay días que siento que ya no existo, que me he aniquilado y lo que queda es una sombra mía que suficiente tiene con sobrevivir.
La casa, los niños, el trabajo... y por cierto, una relación
No tengo depresión pos-parto, aunque sería la explicación más fácil y la que menos exige de mi entorno. Si fuera una depresión, se podría tratar con medicamentos. Nadie tiene que cambiar su comportamiento, con unas pastillas arreglamos el mundo. Lo que tengo es rabia. Rabia de las exigencias (auto)impuestas, rabia de que me tachan de exagerada cuando no puedo más, rabia de sentirme sola a cargo de dos niños que necesitan atención ahora, independientemente de los planes de los demás.
Es impresionante de lo que es capaz el cuerpo humano. A pesar del cansancio y de la falta de sueño aún funciono. El problema es que funcionar no equivale necesariamente a vivir. "Duerme cuando ellos duermen", te dicen para después quejarse que la ropa no está lavada, que la cocina parece una zona de guerra y que todavía no has ido a comprar verduras. Se supone que "mientras ellos duermen" haces la compras, preparas la comida, te duchas, trabajas, intentas tener algo de vida social para no enloquecer... y duermes. Ya me dirás tú como se hace todo esto en intervalos de una hora, o con un niño en los brazos.
A estas alturas la frase "oye, acabo de llegar del trabajo y estoy cansado" de repente suena como una declaración de guerra.
El deber de cuidar de ti misma
Enfrentarse a la propia debilidad / imperfección / falta de sueño / soledad no es facil. Pero tu eres la única que puede cuidar de ti, porque eres la única que puede definir lo que necesitas. Nadie puede leer tus pensamientos ni prever tus necesidades (por conveniente que seria esto). Y se lo debes a tu(s) hijo(s) de cuidar de ti misma para poder cuidar de ellos.
¡Ojo! Mis recomendaciones son lo que me funciona a mi (aunque no siempre). Te los comparto para que te inspiren, sin garantías.
Duerme cuando ellos duermen
A veces esto significa que me voy a dormir a las 22 horas. O a las 14 horas. O a las 11 horas. Si puedes conseguir aunque sea una hora más de descanso durante el día, el mundo mejora mucho. Si, significa que esta noche otra vez habrá pescado al horno (preparación: 5 min), ensalada de lentejas (de bote) o pasta fresca. Tampoco habrás planchado ni hecho la compra. Paciencia.
Sal a caminar (con cochecito o mochila)
El sol tiene un montón de beneficios para ti y para los peques. Además es probable que se vayan a dormir en el cochecito y cuando llegues a casa ganas unos minutos para ti. Para mejorar la experiencia, escucha un audiobook o podcast.
Organízate ayuda
Iba escribir "pide ayuda", pero llega un momento que acabas hasta los ovarios de siempre pedir lo mismo. Mi señora de la limpieza me soluciona en tres horas el agobio de toda una semana y el au pair me permitirá trabajar desde casa sin renunciar a la lactancia (ver siguiente punto).
Si tienes el espacio, acoge una au pair
Una Au Pair es una chica (o un chico) entre 19-25 años, normalmente de otro país, que vive en tu casa y te ayuda a cuidar de los niños a cambio de casa, comida, el idioma y un pago mensual (aquí puedes encontrar la tuya: aupairworld.com). Nosotros daremos la bienvenida a nuestro primer Au Pair dentro de 10 días.
Delega la comida (alias congela leche)
El saca-leches es un gran invento. Estimula la producción de la leche para que puedas congelar la sobreproducción y preparar tu huida temporaria. ¡La leche materna dura hasta 6 meses en el congelador! Yo ya estoy ahorrando leche para irme una noche a dormir en un búnker - 20 horas seguidas, mientras mi suegra se encarga de dar biberones con leche descongelada.
Proponte un reto para tener otro objetivo en tu día a día
Escribir postales, leer un libro (mientras das pecho), probar 21 días sin quejas, llamar a una amiga cada dos días (mientras caminas con el cochecito)... existen pequeñas cosas que pueden añadir algo de mundo adulto a tu día a día. No subestimes la normalidad para combatir la depresión.
Comparte tu(s) bebé
Por el momento llevo los mellizos a todas partes: a comer con amigos, al despacho de mi pareja, a las reuniones de la Asociación de Mujeres Empresarias, ... Y si una amiga o compañera quiere jugar con uno de los niños, los comparto con gusto. Todos ganan: ellas juegan con los niños, los niños aprenden a socializarse y yo tengo un minutito para mi. Recuerda: se necesita un pueblo para educar un niño.
¡Come! Y bebe agua.
Si das el pecho recuerda que la leche materna es básicamente grasa derretida por lo que ahora no es el momento de hacer dieta. No te olvides de comer suficiente proteína y grasa (es fácil sucumbir a una dieta perpetua de yogur con muesli). La mantequilla es tu amiga, al igual que los huevos, el aguacate y, si comes pescado, el salmón.
¿Qué más me recomiendas para no sucumbir al mundo zombie?