El bautizo al que irá María es en el sur y técnicamente aún es verano. Técnicamente y por lógica, que parece que el verano ha vuelto con fuerza. El vestido que tiene María es de tirante ancho, tableado, de gasa y en color empolvado. Por lo que descartamos la opción de una chaqueta de terciopelo que ella propone. Será excesiva.
Lo ideal para la iglesia será buscar algo para cubrirse los hombros, que no abrigue en exceso y que tampoco sea superformal. No deja de ser un bautizo. Por ejemplo, una chaqueta de punto de seda, de manga francesa, largo a la cintura y escote a la caja. Los colores para combinar pueden ser de la misma gama de los pasteles, como el gris. Los zapatos que continúen esa línea suave y romántica, sin excesivo tacón para caminar con seguridad con el bebé en brazos. Y precisamente por esta razón, nos olvidamos de carteras de mano y escogeremos un bolso pequeño para llevar colgado al hombro, como los acolchaditos de cadenas.
Si queremos un punto personal, podemos poner un bonito broche con piedras rosadas en la chaqueta. O un anillo grande. O una bonita horquilla en un semi-recogido con unas pulseras en plata vieja.
Y mucho orgullo. Para disfrutar de un día tan especial.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: el calendario puede decir que es otoño, que si la temperatura está rebelada nos tendremos que olvidar de pieles, medias tupidas y similares.
El vestido, al tener vuelo y ese corte en la cintura, prefiere chaquetas de largo precisamente a la cintura. Blazers y similares no le van a favorecer en absoluto.
Cuidado con las medias. Nada de estampados ni experimentos. Y si no queda más remedio que ponerlas transparentes, ya sabéis las normas: ni brillos, ni de bronceado y nada de ponerlas con sandalias.
Adornarse la cabeza está bien. Con horquillas, diademas, un tocado pequeñito. Pero sin pasarse. Tocados de boda, no. Que es un bautizo.
Las carteras de mano en los bautizos incomodan a todas las que tengan que prestar atención al bebé o llevarlo en brazos.
Lo encontrarás en: el vestido de María es de Zara. Los zapatos, de Pura López.