Cómo montar en bicicleta sin poner en riesgo tu suelo pélvico

Publicado el 19 abril 2018 por Modayestilodevida

Montar en bicicleta o practicar ciclismo, ya sea de alto rendimiento o simplemente para dar un paseo, tiene innumerables beneficios para la salud: se queman calorías; se tonifican los cuádriceps, se fortalece la zona lumbar de la columna y la musculatura que ejerce sujeción de la rodilla; se generan más endorfinas (hormona de la felicidad), etc.

Con motivo del Día Mundial de la Bicicleta, celebrado el 19 de abril, Intimina, compañía que ofrece la primera gama de productos dedicada a cuidar los aspectos de la salud íntima femenina, te ofrece algunos consejos para practicar este deporte consiguiendo los máximos beneficios sin que afecte al suelo pélvico.

Montar en bicicleta, ejercicio de bajo impacto

Tanto el ciclismo como pedalear en una bicicleta estática se considera un deporte de bajo impacto para el suelo pélvico. Es decir, aquel en el que impacto se reduce al máximo y no provoca un aumento excesivo de la presión intraabdominal.

Practicar este deporte sentado en el sillín es una gran ventaja ya que se apoya el suelo pélvico, evitado un sobreesfuerzo. Sin embargo, las clases de spinning o pedalear en un terreno escabroso puede provocar que el suelo pélvico se exponga a una mayor presión.

Sufrir incontinencia urinaria o prolapsos son algunas de las desventajas de un suelo pélvico débil y afectado por el deporte. Por ello, y para evitar estos problemas futuros, es importante seguir estos consejos:

  • Asegúrate que pedaleas en una correcta posición. Es muy importante evitar inclinarse hacia adelante. Una postura erguida nos ayudará a reducir el dolor de espalda y de cuello, por lo que es mejor elegir una bicicleta con un manillar más alto. Asimismo, las piernas no deben estar ni completamente rectas ni muy dobladas, sino flexionadas ligeramente.
  • Ajusta el sillín para distribuir el peso. Aunque parezca obvio por la comodidad, es necesario ajustarlo para que el peso se distribuya uniformemente en los huesos de la persona sentada. Podemos conseguir un mayor confort si utilizamos un sillín y pantalón acolchados.
  • Comienza por una rutina suave. Si te estás iniciando en el mundo del ciclismo, comienza con entrenamientos sencillos y evitando un trabajo intenso de piernas. Asimismo, si tienes problemas abdominales, lo mejor es empezar con una bicicleta estática.

Si acabas de dar a luz es importante esperar dos meses para montar en bicicleta. La musculatura hasta entonces estará débil, por lo que se debe aprovechar este periodo para rehabilitarlo. Por otro lado, si has tenido una intervención quirúrgica en la zona perineal es aconsejable evitar montar en bicicleta hasta que los músculos se hayan recuperado por completo.

  • Comienza gradualmente con el spinning. Esta rutina está de moda en los gimnasios de todo el mundo y es muy beneficiosa para obtener mayor resistencia y perder peso. Sin embargo, su alta intensidad puede afectar a nuestro suelo pélvico, por lo que la mejor opción es aumentar la intensidad del ejercicio poco a poco sin grandes esfuerzos en los primeros días.
  • Evita pedalear de pie de forma prolongada. Es en esta postura cuanta más presión ejercemos sobre nuestro suelo pélvico, por lo que se recomienda, en la mayor medida de lo posible, practicar este ejercicio sentada.
  • Evita terrenos complejos. Cuanto más complicado sea el terreno más presión estaremos ejerciendo sobre nuestra musculatura pélvica. Por ello, es mejor practicar ciclismo en superficies planas o ligeramente onduladas, evitando subir colinas empinadas.
  • Practica ejercicios de Kegel. Montar en bicicleta a la vez que practicamos esta rutina nos permitirá tener un suelo pélvico fuerte, y así evitar posibles molestias. Estos ejercicios consisten en contraer los músculos del suelo pélvico hacia arriba y hacia adentro durante unos segundos para fortalecer y tonificar la musculatura pélvica. Para conseguir los máximos beneficios y asegurarse de que se están haciendo correctamente, podemos ayudarnos de unos ejercitadores. Por ejemplo, la Rutina de Kegel Laselle de Intimina consisten en tres esferas de distintos pesos que proporcionan la cantidad justa de resistencia para asegurar que se está realizando la técnica correcta al tener un estímulo que nos ayude a sentir cómo debemos realizar la contracción muscular. Asimismo, para un entrenamiento más a fondo, el dispositivo inteligente KegelSmart de Intimina cuenta con cinco niveles progresivos, cada uno con una rutina de ejercicios que se adapta perfectamente al nivel de fortaleza. Gracias a su avanzada tecnología, reconoce la fuerza de la musculatura y selecciona automáticamente el nivel adecuado en función de las necesidades.