Ese capaz de sacarte una sonrisa cuando tu situación sólo provoca ganas de llorar. Ese empujón que te anima a seguir andando aunque no sepas muy bien hacía dónde, el que te susurra al oído que si vas a intentarlo debes ir hasta el final.
Si ese día llega y no saben muy bien que decirle o como darle ese empujón; no me pregunten a mi ni a nadie, pregunten a su pasado.
Pues llega un momento en la vida, en el que las frases hechas y las citas épicas ya no calan tan fácilmente e intentar abusar de ello sería perder el tiempo. Sin embargo un adulto tiene un arma más poderosa que todo aquello: su pasado.Como dijo Gustavo Cerati:
Nuestro futuro depende de cómo entendamos el pasado
Es a él a quién debemos preguntar. Preguntar y aprender de sus lecciones, porque cuando uno mira hacía atrás siempre es más fácil saber qué es lo que fallo. Preguntarle si nuestras motivaciones eran sinceras, si hicimos aquello que deseábamos con toda nuestra alma o si simplemente nuestro fracaso fue una cuestión de falta de actitud o de ganas al intentarlo.
Si logramos que un adulto sea capaz de mirar hacía atrás sin lamentaciones ni nostalgias del tiempo perdido y además hacerlo con la mirada crítica, esa será la mejor manera que encontraremos para saber como motivar a un adulto.