Cómo persuadir a un gato para que coma pimienta

Por Carolus @n_maquiavelo

Un Emperador chino reunió a dos de sus ministros y les hizo la siguiente pregunta: “¿Cómo conseguiríais que un gato comiese pimienta?”. La pimienta es un repelente para muchos animales, y más para los gatos, que suelen ser muy exquisitos con lo que comen. 

El primero de los ministros respondió a la pregunta de Emperador:
- “Le abriría la boca a la fuerza y le empujaría con un palillo la pimienta por su garganta.”
- “Muy mal”, le contestó el Emperador, “eso es emplear la fuerza bruta, y así sólo se genera resentimiento, no es forma de conseguir nada de nadie.”

Cómo persuadir a un gato para que coma pimienta

- “Le dejaría que pasara hambre y después haría una pelota con carne”, se le ocurrió al otro Ministro, “y dentro pondría la pimienta. Así el gato comería la carne y sin darse cuenta, también la pimienta.”
- “Tampoco es la solución”, replicó el Emperador, “así estás empleando el engaño que es solución a corto plazo pero con el tiempo acarrea muchos problemas y a nada bueno conduce.”
- “Entonces, ¿cómo se consigue que el gato coma pimienta?”, preguntaron intrigados los Ministros.
- “Muy sencillo”, dijo el Emperador, “se le unta el trasero con pimienta y el mismo gato se lamerá la parte untada, quedando contento además de que le permitamos lamerse.”

Cómo persuadir a un gato para que coma pimienta

Por lo tanto, ya habrás visto que la verdadera persuasión consiste en que los demás hagan lo que tú quieras y que además te lo agradezcan. Ser capaz de alcanzar esta maestría requiere ciencia, arte y mucha práctica. Tienes que lograr que quien te interesa tenga que elegir entre una opción mala y otra menos mala. Naturalmente, la menos mala coincidirá con la que a ti te conviene.
Si quieres ser persuasivo, la forma de expresarse es tan importante como el fondo mismo. Debes dominar el lenguaje del cuerpo y saberte expresar con clase y elegancia. Los argumentos presentados al desnudo no gustan ni convencen, no atraen la atención, son desagradables y aburren. Las personas preferimos ser seducidos a que nos informen porque la información que nos transmiten deja en evidencia nuestra ignorancia y hay que endulzarla muy bien para poder pasar tan amargo trago.
Cualquier tontería que digas con elegancia y gracia tendrá más éxito que la argumentación más sólida, pero sin adornos. Y si no te lo crees, mira a tu alrededor y observa quienes triunfan diciendo solemnes e insustanciales banalidades. Piensa en las palabras que vas a decir y en cómo compones la frase. Elige las más elegantes y sencillas. Cualquier cosa que expreses de modo muy diferente ya no es la misma, y así será percibida. Nunca te vendrá mal adquirir conocimientos de oratoria y retórica. Te dará más triunfos que todos tus conocimientos técnicos que puedas tener.
Fuente: http://www.elartedelaestrategia.com/manual_y_espejo_de_cortesanos.html http://www.elartedelaestrategia.com/ El Arte de la Estrategia tusbuenoslibros