¿Cómo podemos detectar un problema de alimentación?

Por Centro Psiconet

En el blog anterior hablamos de los trastornos de alimentación y de las principales diferencias entre la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. En este artículo hablaremos sobre cómo podemos detectarlos y qué señales de alarma podremos tener en cuenta si creemos que alguien de nuestro entorno lo está sufriendo.

En los trastornos de alimentación, podemos encontrar ciertos factores que pueden precipitar su aparición como:

  • Aparición de nuevos cambios corporales, especialmente durante la adolescencia.
  • Experiencias de separaciones y pérdidas.
  • Incremento rápido del peso.
  • Inicio de dietas para reducir el peso.
  • Críticas sobre el físico de otras personas de su entorno.
  • Experiencias negativas, en las que haya habido una mala adaptación o acontecimientos difíciles de gestionar.

No obstante, hay otros factores que no son solo propios de la persona que sufre problemas de alimentación, sino también de cómo es su entorno. Dichos factores, pueden ayudar o aumentar la vulnerabilidad a sufrir estos problemas. Estos factores pueden ser:

FACTORES PERSONALES

§  Problemas afectivos.

§  Sobrepeso.

§  Excesiva preocupación e insatisfacción por el cuerpo, las dietas, el peso, etc.

§  Personalidades perfeccionistas, exigentes y/o impulsivas.

§  Pocos refuerzos ante lo adecuado y mucha autocrítica ante todo lo realizado.

§  Pocas habilidades de afrontamiento.

§  Baja autoestima.

§  Necesidad de control sobre su vida.

§  Poca tolerancia a la frustración.

FACTORES FAMILIARES

§  Padres que tienen muy en cuenta el peso y las dietas.

§  Antecedentes de trastornos alimentarios.

§  Padres sobreprotectores.

§  Padres exigentes, poco afectivos…

§  Familias en las que prima el cuidado de la imagen.

§  Expectativas demasiado altas en los hijos.

FACTORES SOCIALES

§  Valores estéticos dominantes.

§  Presión social (cuerpo perfecto, tener éxito, competitividad, etc.)

§  Publicidad que promueve un canon de belleza irrealista.

§  Mitos.

Pero ¿qué señales concretas podemos encontrar que nos aclaren que estamos ante casos de anorexia o de bulimia? A continuación, se exponen algunas de las señales más comunes que nos pueden dar pistas más específicas sobre estos problemas:

Ø  Señales de la anorexia nerviosa:

  • Son niños a los que describen como perfectos. Perfección que es muy reforzada por los padres, por el colegio o demás personas del entorno.
  • Las primeras señales suelen verse como hiperresponsabilidad y mucha fuerza de voluntad. Todo lo que se proponen lo consiguen.
  • Son personas que tienden a evitar todos los actos sociales, familiares… que impliquen comida.
  • Manipulan los alimentos, la dieta, los hábitos… Comen de manera más lenta, trocean la comida, etc. Empiezan a tener actitudes que antes no tenían.
  • De repente, estas personas hablan mucho de nutrición, se informan de lo bueno y lo malo de cada alimento.
  • Empiezan a querer participar del control de la comida en casa, de los menús, de la compra…
  • Se enfadan cuando les haces ver que están delgado/as. Una persona que hace dieta, cuando le dices que ha adelgazado, se alegra. Una persona con anorexia, se enfada porque no lo ven, y no están de acuerdo.
  • Se obsesionan con la báscula, llegándose a pesar muchas veces al día.
  • Gran pérdida de peso.
  • Señales de la bulimia nerviosa:
  • Es más complicado de detectar, pues al principio suele pasar muy desapercibido.
  • Una señal clave, es que empiezan a desaparecer de repente, después de las comidas, sin que nadie se dé cuenta.
  • Se acaba la comida antes de lo que se acababa en compras previas.
  • Empiezan a beber más agua.
  • Se pueden encontrar envoltorios de comida ocultos, pues los suelen esconder.
  • Se les puede ver teniendo atracones, comiendo sin control lo que pillen.
  • Pasan mucho tiempo en el cuarto de baño. Esto puede ser porque el aprender a vomitar no es sencillo al principio.
  • Cambios de peso muy frecuentes.
  • Salidas más frecuentes a la calle (suelen ir a comprar comida).
  • También se obsesionan con la báscula, llegándose a pesar muchas veces al día.
  • Descubrimiento de laxantes, diuréticos o pastillas para adelgazar.