1. Deja a un lado el interés únicamente Personal. Cuando estás haciendo algo con intereses egoístas, no sentirás la satisfacción plena de estar ayudándote en tu crecimiento espiritual ni tampoco estás ayudando a otros sin condiciones. Los grandes problemas del mundo se han generado del egoísmo de quienes tienen el poder de llegar a las masas.
2. Evita la ira. Cuando te enojas, estás perdiendo toda tu energía vital. La ira es uno de los grandes obstáculos que se presentan en el camino de avanzar en esta evolución. El rencor te lleva a hacer cosas que si supieras realmente el daño que provocas, entrarías en una etapa de mayor cuidado y control de tus emociones.
3. Evita la avaricia. Cuando vives enumerando todo lo que quieres para tu vida, olvidando lo que tienes, rompes el equilibrio de la abundancia y prosperidad. Tu mente, tu Espíritu y tu cuerpo entran en desarmonía porque te concentras en la búsqueda de cosas materiales que no son propia de un Ser emocional estable.
4. Evita el temor. El miedo hace la que consciencia se disipe. Al no creer en ti mismo, en tu Yo Superior, en la fuerza y la valentía que puedes sacar de adentro, tus emociones se alterarán y no podrás tener claridad para hacer lo correcto o justo para esa vida plena que tanto anhelas.
5. Activa tus niveles de comprensión. No saques conclusiones tan pronto te ocurren las cosas, espera, analiza, toma conciencia, respira y piensa qué harías tú en el lugar del otro. El suponer también altera el equilibrio emocional, deja que las respuestas lleguen solas o búscalas cuando estés en estado de serenidad.