En los últimos blogs, se ha estado haciendo referencia a la asertividad, es decir, a la manera que tenemos de poder decir las cosas de manera adecuada y de defender nuestros derechos cuando se ven asaltados.
En esta entrada, vamos a centrarnos en algunas pautas o respuestas asertivas que nos pueden ser útiles, especialmente cuando nos enfrentamos a discusiones o conflictos con los demás.
- Disco rayado. Consiste en expresar la misma idea una y otra vez. Es importante conservar un tono tranquilo y sin provocar al otro. De esta manera, no atacamos ni respondemos a la defensiva, pero sí que les dejamos claro que no queremos decir nada más. Es una técnica muy buena cuando no queremos dar explicaciones.
Ej. “¿Por qué has llegado tarde?” – “Porque he tenido un problema personal, lo siento no volverá a pasar” – “¿Ah sí? ¿Qué problema personal?” – “Como te decía, no volverá a pasar, ha sido una cuestión personal” …
- Banco de niebla. Se suele usar cuando no estamos del todo de acuerdo con lo que nos han expresado. Consiste, dar la razón a lo que podamos entender de su crítica u opinión, pero sin conseguir que cambie nuestra opinión. Puede parecer que cedemos sin hacerlo realmente.
Ej. Puede que tengas razón en que yo… pero sin embargo…
- Aplazamiento. Es bueno que utilicemos este tipo de respuesta cuando lo que nos ha pasado ha sido de repente o cuando no nos vemos capaces de responder en el momento. Se trata de posponer la respuesta, hasta que nos sintamos con fuerza de responder.
Ej. “Creo que es un tema complicado, ahora tengo trabajo. Si te parece lo hablamos después con calma”.
- Reflejo. Consiste en repetir lo que nos acaban de decir, para hacerles conscientes de los que no están pidiendo.
Ej. “Dices que yo tengo que hacer… pero me he dado cuenta que me pides algo que tu no sueles hacer…”
- Pregunta asertiva. Se suele usar cuando queremos conocer más de la opinión o de la crítica que nos han hecho. Por ello, hacemos preguntas que nos ayuden a ver si es una crítica/opinión constructiva o destructiva, y si merece la pena que reflexionemos para un cambio personal o no.
Ej. “Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre. – ¿Qué es exactamente lo que te molesta de mí?, ¿Cómo sugieres que cambie?”.
- Acuerdo. Se trata de que diferenciemos lo que hemos hecho de lo que somos. En ocasiones por algo que hemos hecho ya se nos juzga. Dejar claro que nuestra conducta no nos describe como personas.
Ej. “Tienes razón, nos hemos retrasado por mi culpa, pero sabes que normalmente sí que suelo ser puntual”.
Con estas respuestas, podemos practicar diferentes reacciones que podemos tener ante situaciones de conflicto o en las que nos cuesta manejar la situación. En la medida que aprendamos a gestionar los diferentes conflictos, nos veremos más hábiles en solucionar situaciones similares.