Hace más de dos décadas el hospital público transita un constante deterioro: falta de insumos, atraso de infraestructura, designaciones informales y escenario conflictivo. Una lista de aspectos negativos paraliza a los trabajadores que lo viven con incertidumbre y desmotivación: aumento de demanda no planificada, pacientes agresivos, bajos salarios, pérdida de personal calificado, etc. La atención ambulatoria no se programa: los pacientes hacen cola desde la madrugada, para ser atendidos entre las 8 y las 12. Los médicos se concentran en la mañana, hay uso excesivo del servicio de Emergencias para patologías no urgentes.
Hace más de dos décadas el hospital público transita un constante deterioro: falta de insumos, atraso de infraestructura, designaciones informales y escenario conflictivo. Una lista de aspectos negativos paraliza a los trabajadores que lo viven con incertidumbre y desmotivación: aumento de demanda no planificada, pacientes agresivos, bajos salarios, pérdida de personal calificado, etc. La atención ambulatoria no se programa: los pacientes hacen cola desde la madrugada, para ser atendidos entre las 8 y las 12. Los médicos se concentran en la mañana, hay uso excesivo del servicio de Emergencias para patologías no urgentes.