El Botox tiene sus detractores. Muchos piensan que el Botox deja una cara sin expresión y no natural. Sin embargo, muchas personas de nuestro entorno llevan Botox y no nos hemos percatado de ello.
Mi opinión, y es lo que comento con mis pacientes, es que el Botox es como un bisturí, con el que puedes hacer un buen o un mal trabajo. Cuando alguien se da cuenta que llevas Botox es que la técnica no se ha realizado correctamente. Con una buena técnica nadie debe percibir que has sido inyectado/a.
Quería compartir con vosotros 3 signos que "delatan" que una persona se ha inyectado Botox:
1. Las cejas de "mala" o de "Mefisto". Cuando al elevar las cejas, éstas quedan "en pico", quiere decir que probablemente esta persona lleva Botox.
CAUSA: al relajar los músculos del entrecejo o de las patas de gallo, los músculos de la frente se vuelven más activos, y tiran hacia arriba de las cejas produciendo esa mirada característica.
COMO EVITARLO: la clave es relajar también los músculos que están justo encima de las cejas inyectando Botox en esa zona para prevenir esta mirada tan poco natural.
2. Arrugas en la raíz de la nariz al reír o lo que llaman los americanos " bunny lines " o "arrugas de conejo"
CAUSA: al relajar los músculos del entrecejo se contraen más lo músculos de la nariz, produciendo este gesto característico e inestético al reír.
COMO EVITARLO: inyectar Botox en la zona de la raíz de la nariz para prevenir estas arrugas.
3. Falta de expresión en general. Cuando una persona no puede fruncir el entrecejo ni elevar las cejas ni tiene patas de gallo al sonreír, esta persona lleva Botox.
CAUSA: excesiva dosis de Botox.
COMO EVITARLO: Inyectar la dosis adecuada de Botox que haga que se relajen los músculos pero que ¡NO SE PARALICEN! Mark Twain decía que sus arrugas sólo indicaban lo mucho que se había reído.
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