A lo largo de 2017 me sorprendió una enfermedad con un tipo de síntomas que nunca antes había experimentado, y que en este post quiero compartir con vosotros.
Voy a hablar del SII (síndrome del intestino irritable), antes conocido como colon irritabale, o también como colitis ulcerosa.
Creo que los profesionales sanitarios tenemos el deber de velar por quienes nos piden consulta, escuchan en el podcast o nos leen como en el caso de este blog.
Y ello implica también claridad y honestidad con los procesos que nosotros mismos experimentamos 😉
Lo primero es que tras este proceso me queda claro que este es un trastorno que implica tres niveles. Quien piense que una enfermedad es simplemente una alteración química, es decir, algo puramente físico o químico... ¡que se lo piense dos veces!
Incluso un resfriado común es más que unos virus que nos han entrado. Sí, ese es el desencadenante, pero siempre hay un nivel emocional y espiritual.
En este proceso hubieron dos personas que me ayudaron mucho. Mi médico de cabecera, quien al inicio me ayudó a controlar los síntomas, y Carlos Lacomba, de Saliment, educador para la alimentación, la salud y el bienestar, quien fue quien realmente me ayudó a superar el problema.
Vamos a ver los tres niveles de curación en el caso del SII.
La parte física en el colon irritable.
Indudablemente hay una parte física en el SII que debe de ser considerada.
En este proceso, aprendí que hay ciertos hábitos, alimentos y combinaciones de alimentos que son más óptimos que otros. Esto hace inclinarse la balanza hacia encontrarse mejor o peor y es fundamental; al final del artículo expondré cómo fueron las soluciones correctas para mi.
La parte emocional en el colon irritable.
Para mi, esta ha sido la parte fundamental.
2017 fue un año complicado a nivel emocional. El proyecto colectivo de Psicología en Positivo cambió y mis ex compañeras y yo decidimos seguir caminos diferentes, tuve que mudarme de forma no deseada del piso donde residí muy a gusto cuatro años, mi querido gato Gizmo falleció tras una larga enfermedad, y más cosas.
Todo llegó de golpe y casi al mismo tiempo y perdí diez kilos de peso. Para alguien que no estaba gordo, es mucho peso corporal.
Las emociones están implicadas en esa homeostasis, que es el proceso de adaptación del organismo.
Es decir, cuando hay emociones intensas implicadas estan van a manifestarse de forma diferente. En mi caso fue con los síntomas del colon irritable.
Si nosotros estamos irritados, una parte de nuestro cuerpo (o varias) van a estar irritadas. Y ello nos está pidiendo que hagamos cambios, los cambios que necesitamos para resolverlo. Y con ello llegamos al apartado siguiente.
La parte espiritual en el colon irritable.
¿Qué sentido, significado y lugar ocupa aquello que me está sucediendo en un momento determinado de mi vida?
Ciertas situaciones nos están brindando la oportunidad de poder trabajar nuestras f ortalezas personales tras esas pruebas de la vida.
Es cómo un máster vital. Si superamos determinadas situaciones, si les damos un encaje y un sentido... ¿que no seremos capaces de superar?
Consejos prácticos para el colon irritable.
Vamos a hacer un resumen de cosas que a mi me han venido bien y que he podido recoger tanto del médico de cabecera, del educador para la alimentación así como de otras personas.
Como ves, todos estos consejos son muy prácticos y probablemente a ti también te hagan bien. En todo caso, prueba y adopta lo que te convenga y descarta lo que no.
Masticar bienComer bien es clave para lograr una digestión completa que evite la sensación de llenura e hinchazón. La digestión empieza en la masticación, así que toma tu tiempo para que lo que ingieras sea completamente una papilla y que por tanto ponerte lo más fácil posible la digestión.
Hidratación.Siempre es aconsejable el tomar bastante agua. Aumenta la ingesta de agua (de 1.5 a 2 litros diarios), sobre todo si predomina el estreñimiento. Este es un hábito de salud aconsejable para todo el mundo.
No usar medicamentos a largo plazo.Al principio si te ves desbordado pueden ser buena idea aquellso movimientos que te ayuden a realizar los movimientos intestinales. Pero a largo plazo pueden debilitar tus intestinos y crear dependencia.
Comidas más frecuentes y menos abundantesMuy importante, hacerlo así es preferible para no irritar el intestino. Seis comidas pequeñas al día en lugar de tres comidas grandes manteniendo un horario fijo para consumirlas. A mi me ha venido bien para hacer digestones menos pesadas pero prueba tu propio patron.
Haz ejercicio aeróbico.Mantenerse activo es indispensable para la salud y en este caso el caminar o nadar son las actividades más recomendables. Además, ayudas a que los movimientos del intestino sean más fluidos y si haces ejercicio en postura vertical estarás ayudando mucho a ello.
Combinaciones de alimentos.Evita alimentos muy grasos y aumente los ricos en proteínas vegetales (la proteína animal cuesta más de digerir). Consume alimentos preferentemente como fruta.
Reacción ante los síntomas.Cada persona y su SII tiene un patrón diferente. Aquí lo importante es no desesperar y ello nos lleva directamente a los dos puntos siguientes.
Sigue aumentando tu autoconocimiento.La sensación de estrés está relacionada con el síndrome de colon irritable al causar espasmos en el tracto gastrointestinal. En muchas webs te vana decir que es aconsejable practicar técnicas de relajación como el yoga y la meditación.
Vamos a profundizar un poco en ello. Sí, claro que te va a ayudar. Aquí lo que te recomiendo es que prestes atención a tus emociones. No para controlaras, pero sí para gestionarlas mejor.
Elimina la palabra "enfermedad crónica".Esta palabra debería estar prohibidad. ¿Por qué? Porque nos situa sí o sí en el rol de paciente.
Es decir, en el que poco podemos hacer para sanar, más allá de aliviar los síntomas.
Si quieres que hablemos en persona de ello, estaré encantado de poder ayudarte. Escríbeme a contacta@antonimartinezpsicologo.com, respondo el 100% de correos que recibo 😉