Cómo se forman los tornados y de que se alimentan

Por Refugio Arriozola Barrera @DonCuco2012

Un tornado de una virulencia extrema, con 3 kilómetros de diámetro y unas ráfagas de viento de hasta 320 km/h, ha sembrado el terror en Oklahoma City dejando a su paso 24 muertos, 145 heridos y daños materiales incalculables.

Pero, ¿cómo se originan estos fenómenos? ¿De dónde absorben la energía para adquirir tales dimensiones?

 

Los tornados acostumbran a aparecer asociados a grandes nubes de tormenta. “Normalmente están inseridos en nubes llamadas supercélulas que forman parte de tormentas que cuentan con movimientos propios importantes”, explica a LaVanguardia.com Aleix Andrés, meteorólogo del Servei Català de Meteorología (SCM). “Uno de éstos es el movimiento rotatorio de la nube que, sumado a las corrientes de aire ascendentes, hace que en algunos casos se puedan formar los tornados”, añade.

Los Estados norteamericanos de Texas, Oklahoma y Kansas son lugares muy sensibles a la formación de tornados al ser una zona, conocida como ‘el callejón de los tornados’, donde se produce el choque de dos masas de aire muy contrastadas. “Es un punto geográfico donde impactan una masa de aire más seca y fría que viene de latitudes mayores y continentales (Canadá y el norte de EE.UU.) con otra cálida que sube del Golfo de México”, esgrime Andrés. “Este choque de masas de aire puede propiciar la creación de tormentas muy virulentas. Y dentro de éstas, entre otros fenómenos destacables, se forman los tornados”, agrega.

Al formar parte de una tormenta, la virulencia de ésta es lo que acaba, en cierta forma, de determinar la intensidad de los tornados. “Lo que los alimenta es la propia tormenta. Es la que les da energía. A más violenta la borrasca, más virulento puede ser el tornado, aunque no existe una correlación directa”, arguye Aleix Andrés. También su duración va asociada a la vida de la tormenta, así como la dirección que toma. “Es verdad, sin embargo, que el camino que acaba tomando el tornado es algo más errático que el que puede dibujar una tormenta”, matiza el meteorólogo del SCM.

La orografía del terreno tiene mucha influencia también en la formación de tornados. Y es que facilita o dificulta, depende del caso, el paso del mismo. Los residentes de Oklahoma City explican que estos fenómenos no acostumbran a llegar nunca al centro de la ciudad. “Y es que la misma orografía puede desmontarlos”, relata Andrés. “El hecho de encontrarse con una montaña, aunque sea pequeña, puede alterar la propia rotación”, añade.

¿Cómo se calcula la categoría de un tornado?

La categoría de los tornados se mide a través de una escala, la Fujita, que tiene 5 estratos. Estos van de menor (1) a mayor intensidad (5). La velocidad de los vientos del fenómeno y el destrozo que éste finalmente produce es lo que acaba por determinar su categoría. El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los EE.UU. (NOAA, en inglés) ha determinado que el de Oklahoma City ha sido de categoría 4.

Otras zonas sensibles

Hay muchas zonas en el mundo en la que se produce el choque de masas contrastadas que crean tormentas potentes. “En el norte de Australia ocurre, lo que pasa es que sucede en zonas menos pobladas y no tiene tanta trascendencia”, apunta Andrés. “En el Mediterráneo también se dan estos fenómenos. Quizás en número son comparables a los que tienen en los EE.UU. Lo que pasa es que en intensidad no tienen nada que ver”, sentencia el meteorólogo del SCM.

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Fuente: La Vanguardia