Cómo se ha fraguado el rechazo de Japón a la vacuna papiloma

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Lo comentábamos hace dos días. El Gobierno de Japón ha decidido dejar de recomendar la vacuna del papiloma durante al menos un año. Los sanitarios japoneses han de avisarlo a sus pacientes. Como explicábamos, íbamos a recibir más datos así que ampliamos sobre el asunto.

Efecto, gracias al trabajo de familiares de niñas o chicas de todo el mundo dañadas o muertas tras ponerse la vacuna, profesionales sanitarios y científicos independientes y periodistas críticos y políticos, Japón deja de recomendar este medicamento.

La vacuna del papiloma estaba aprobada en Japón desde hacía años, como en muchos países del mundo. Pero no se había incluido en los calendarios sistemáticos de vacunación hasta hace sólo una temporada. La normativa legal iba a implementarse el 1 de abril del año pasado, 2013 y ya entonces la prensa comenzó a publicar sobre los daños del fármaco y dio voz a las familias de afectadas.

A mediados de junio de 2013 Japón suspende su recomendación de la vacuna tras comprobar que  los acontecimientos adversos notificados después de poner Gardasil y Cervarix (las dos marcas de la vacuna del papiloma) fueron entre 1,7 y 3,6 veces mayor que otras dos vacunas que acababa de añadir a los programas de vacunación.

El Gobierno aplicó así el principio de precaución y obtuvo más tiempo para estudiar mejor el tema.

Los médicos podían continuar recetando la vacuna pero con la obligación de avisar a sus pacientes de que NO estaba recomendada por la Administración sanitaria.

Aún así, se dio un plazo de seis meses para asegurarse pues cuesta establecer la relación de causalidad entre el uso de la vacuna y los daños producidos.

El Ministerio de Salud analizó 2.000 casos y encontró 357 graves. Desde entonces, se sucedieron las reuniones de los representantes sanitarios japoneses con autoridades británicas y estadounidenses con el objeto de reunir más pruebas. Japón, al tiempo que veía ciertos retrasos por parte de EE.UU. inició una investigación a gran escala.

Tras un encuentro secreto entre autoridades estadounidenses y japonesas  sin el aporte de los expertos independientes de la influencia de la industria farmacéutica, el día de Navidad de 2013 el gobierno japonés intenta levantar el “veto” a la vacuna con un comité de expertos dividido.

Un senador japonés, de apellido Yamatani, había obtenido la evidencia científica proporcionada al gobierno japonés en Londres (sede de la Agencia Europea de Medicamentos) y reunido los mejores profesionales médicos procedentes de Japón para analizar los datos y explicar a ella. Su conclusión fue: falta de necesidad y eficacia no probada de estas vacunas.

Dicho político junto con otro senador, Nakagawa, fomentaron un gran debate científico con ambas partes, defensores de la vacunación contra el papiloma y críticos de la misma. El evento contó con la presencia de las víctimas de la vacuna, se televisaron las ruedas de prensa y se fomentó el intercambio de ideas entre políticos.

Ese gran debate abrió otro paralelo a gran escala en la sociedad y la versión de los laboratorios, que los daños son psicosomáticos (que las afectadas se los inventan, vaya) ha ido cayendo en favor de la evidencia científica aportada por profesionales independientes que constatan que las reacciones adversas están producidas por las vacunas.

El 26 de marzo 2014 responsables del Ministerio de Salud se reunieron para decidir si hacer una recomendación de restituir la vacuna. La fecha límite legal del 1 de abril ha pasado sin que exista versión oficial. Este silencio por parte del Ministerio de Salud dice mucho; significa que las voces de las víctimas y sus familias han sido escuchadas.

Esta es una gran victoria para todas las familias de todo el mundo que han sufrido después de participar en un experimento de salud global que se realiza en nombre de la prevención del cáncer de cuello de útero. Podéis leer el texto completo de información de la asociación de afectadas Sanevax aquí.

Mientras Japón deja de recomendar la vacuna del papiloma la Unión Europea la aprueba para niñas y niños en dos dosis (en vez de las tres actuales) y facilita así su uso y por ello su expansión.