¿Cómo se manifiesta el estrés en el cuerpo?

Por Avivirsinestres

Sin duda el estrés puede afectarte en todos los aspectos de tu vida y se manifiesta desde tus emociones, tus comportamientos con las personas que te rodean, tu capacidad de pensamiento y, por supuesto, en la salud de tu cuerpo.

En realidad el estrés no es malo ya que se trata de una respuesta de superviviencia de nuestro organismo. La cual lanza una impulso a cada parte de nuestro cuerpo, preparándolo para afrontar el peligro.

Hace miles de años, en los albores de la humanidad, esto tenía como función que nos pusiéramos de pie para luchar contra alguna bestia que nos quisiera atacar o pudieramos dar media vuelta para emprender la pavorosa huida.

Así, este mecanismo de “luchar o huir” sigue activo hoy en día siendo la única reacción que tenemos cuando percibimos peligro e implica un cambio físico, mental y emocional a gran escala, donde entra en juego toda nuestra bioquímica y la forma en que percibimos el mundo que nos rodea.

Si bien, seguimos programados para actuar como lo habrían hecho nuestros antepasados cuando se enfrentaban a la naturaleza, el mundo moderno en el que vivimos a menudo no nos permite descargar esta oleada de cambios que se presentan.

Aquí es donde el estrés comienza a volverse un factor de riesgo para nuestra salud al acumularse y, como nuestros factores estresantes tienden a venir en forma de goteo, en lugar de eventos más rápidos, lo que facilita su acumulación constante. Es así como esos correos electrónicos o solicitudes difíciles de tu jefe o clientes; los problemas de dinero; carga de trabajo y las dificultades en tu vida personal afectan todas las partes de tu organismo.

¿Quieres saber cómo se manifiesta el estrés acumulado en el cuerpo?

Ninguna parte del cuerpo es inmune. Pero, debido a que las personas manejan el estrés de forma diferente, sus manifestaciones pueden cambiar. Así, los síntomas del estrés suelen ser imprecisos y pueden ser confundidos con los ocasionados ​​por otras condiciones médicas. Por lo tanto, es importante discutir cualquiera de los que se presenten con tu médico para dar un diagnóstico acertado.

Sin más, así es como se manifiesta el estrés a través de las diferentes áreas del cuerpo.

¿Cómo se manifiesta el estrés en la Piel?

Uno de los primeros órganos del cuerpo que se ve afectado por el estrés es nuestra carcasa exterior, la piel. El estrés toma toda la energía disponible y la desvía rápidamente a las áreas consideradas clave para la supervivencia. Como son el cerebro y los músculo para tenerlos listos en caso de requerir respuestas rápidas.

Por tanto, una piel estresada tiene menos circulación y oxigenación. Lo que la hace adquirir un aspecto opaco y gris. También se reseca fácilmente y pierde nutrientes, volviéndola más frágil y susceptible al envejecimiento al envejecimiento prematuro (formación de arrugas y líneas de expresión).

Por otro lado, en algunas personas el estrés suele generar una respuesta inflamatoria sobre su piel, provocando brotes y comezón, como si de una alergia se tratara.

¿Cómo afecta el estrés a la Digestión?

El cuerpo ve a la digestión como un proceso a largo plazo, que requiere de bastante tiempo y recursos. Por eso, cuando se activa el modo de supervivencia nos hace priorizar las necesidades a corto plazo, es decir, la autoprotección.

De este modo toda la función digestiva se detiene cuando el sistema nervioso está excitado, lo que puede dejar la comida mal digerida y provocar gases, inflamación e incluso diarrea o estreñimiento (como en el caso del Colon Irritable o Colitis Nerviosa). Además de contribuir a intolerancias alimentarias.

La buena digestión necesita de un cuerpo relajado, para evitar sufrir de todos estos problemas. Además, un proceso digestivodeficiente puede afectar a todos los sistemas del cuerpo.

¿Afecta el estrés al Sistema Inmune?

Cuando la digestión sufre, nuestro Sistema Inmune se afecta rápidamente. El estrés reduce los niveles de nuestras bacterias intestinales beneficiosas, la microbiota intestinal, que entre sus funciones se encuentra la modulación inmunológica del cuerpo, es decir, qué tan apropiadamente (o no) responden nuestras defensas.

Una sobrerreacción del Sistema Inmune puede ocasionar inflamación crónica, que podemos ver en afecciones como la artritis, el acné y las enfermedades cardíacas o las condiciones autoinmunes como el lupus, donde el sistema inmune se ataca a sí mismo.

El estrés a corto plazo provoca un aumento en la respuesta inmunológica, pero a largo plazo, la suprime y disminuyendo la resistencia del cuerpo para combatir alguna infección.

¿Cómo se manifiesta el estrés en los músculos del cuerpo?

Cómo ya viste, cuando se activa el modo de “lucha o huida”, la tensión recae sobre los músculos del cuerpo para tenerlos listos para la acción. De hecho se puede decir esta es la expresión física principal y natural que tenemos hacia el estrés.

El problema empieza cuando la carga de estrés es constante y mantiene a los músculos en tensión permanente, lo que puedes sentir principalmente en áreas como el cuello, los hombros y la parte baja de la espalda, con la aparición del dolor que por lo general se localiza en esas zonas.

Además, cuando respiramos de forma estresada lo hacemos desde el pecho y los hombros (en lugar utilizar el diafragma para hacer respiración abdominal), lo cual es muy agotador a largo plazo puede alterar tu postura.

¿Como se altera nuestra Cerebro ante el estrés?

Nuestros cerebros son los órganos protectores más importantes que tenemos cuando enfrentamos a un desafío, con nuestros grandes lóbulos frontales, buscamos mantener el equilibrio entre las emociones cerebrales primitivas (instinto de superviviencia) y el pensamiento racional que adquirimos al evolucionar.

Ahora, nuestros cerebros consumen bastante energía, alrededor del 20% de la energía de lo que gastamos cuando estamos en reposo. Sin embargo, esta cantidad se eleva hasta el 75% cuando nos encontramos estresados, dejando poco para el resto del cuerpo. Esa es la razón por la cual nos sentimos agotados físicamente después de tensiones mentales y emocionales.

El estrés nos hace reaccionar desde el lado más impulsivo de la esfera de la toma de decisiones, lo que significa que el cerebro primitivo puede eclipsar la parte racional y es capaz manejarnos a su antojo. Entonces nos volvemos irritables y elegimos caminos que podrían no conducirnos a buen puerto en el largo plazo.

¿Cómo afecta el estrés a los ojos y oídos?

El asalto completo de “alerta constante” mantiene a todos los sentidos en hipervigilancia y si se quedan activos en este modo como “normal”, entonces podemos empezar a sufrir para cerrar estos filtros.

Por eso, una señal clave de que el estrés está en el territorio del agotamiento, es la molestia al ruido y la sensibilidad a la luz. Lo que te lleva a necesidad de alejarse de todos los estímulos y de las personas (¡Quiero estar solo! has dicho seguramente más de una vez).

¿Cómo se manifiesta el estrés en otras partes del cuerpo?

Como mencionamos al principio del artículo, en realidad no existe una sola parte del cuerpo que pueda escapar a los efectos de la carga de estrés constante. Esto puede notarse desde el aspecto de tus uñas o que te las muerdas cuando estás estresado; rechinar los dientes; como luce tu cabello o la pérdida del mismo; sudoración excesiva y mal olor.

En fin, las formas en las que el estrés se manifiesta a través de todo el cuerpo son muchas y vale más hacerles caso desde el principio antes de que se conviertan en algo normal en tu vida. Ya que a la larga el estrés puede causar varios problemas a tu salud.

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