Un estudio realizado por Investigadores
del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes
Cerebrovasculares, publicado en la revista Science Immunology aprovecho los
virus especiales que pueden rastrearse con microscopía fluorescente para descubrir que una infección viral que comenzó
en la nariz se detuvo justo antes de que pudiera extenderse al sistema nervioso
central. Los experimentos adicionales mostraron que las microglias, del sistema
nervioso central, asumieron el papel de ayudar al sistema inmunitario a
reconocer el virus y lo hicieron de una manera que limitó el daño a las
neuronas mismas. Debido a esto, el sistema nervioso central ha evolucionado
para incluir varios mecanismos de defensa diseñados para mantener a los patógenos
fuera. Sin embargo, cuando se inhalan virus en el aire, viajan a través de las
fosas nasales e interactúan con un tejido llamado epitelio olfativo, que es
responsable de nuestro sentido del olfato. Las neuronas en el borde del sistema
olfativo extienden pequeñas proyecciones a través del hueso que recubre la
cavidad nasal. Estas proyecciones ingresan al cerebro, dándole acceso a los
olores presentes en el aire. Las neuronas en el epitelio olfativo también
ofrecen una manera fácil para que los virus eviten las barreras tradicionales
del sistema nervioso central al proporcionar una vía directa al cerebro. Las
células T CD8, que son parte del sistema inmune responsable de controlar los
virus, son muy importantes para proteger el cerebro después de la infección del
tejido nasal. Cuando ocurre una infección viral, la microglia parece tomar
material del virus del ambiente circundante y presentarlo al sistema inmune
como si se hubiera infectado