Cómo vivir con diabetes tipo 2: Te lo contamos

Por Alfreidx

La diabetes tipo 2 o diabetes mellitus

Es un trastorno del metabolismo que se caracteriza por niveles elevados del azúcar en la sangre (hiperglucemia), en el que el cuerpo genera una resistencia a la insulina o falta de la misma, lo que la diferencia de la diabetes tipo 1 en donde nos encontramos con la ausencia total de insulina.  La sed excesiva, el hambre constante y micción frecuente se  encuentran entre los síntomas más frecuentes de la diabetes. El 90% de los casos de este trastorno metabólico se corresponden a la diabetes tipo 2. Esta se encuentra fuertemente ligada a la obesidad, sin embargo también existe predisposición genética a la misma.

Esta  es una enfermedad crónica que disminuye la esperanza de vida en un aproximado de 10 años. Sin embargo la diabetes tipo 2 se puede controlar en sus principios aumentando o incluyendo ejercicios y cambio de dietas. Si los niveles de glicemia en sangre no se regulan con dichas medidas, el paciente entonces puede necesitar de insulina o algún otro medicamento.  Es importante resaltar que este trastorno metabólico lo pueden padecer tanto niños como adultos.

Síntomas de la diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 puede ser una enfermedad muy silenciosa, ya que sus síntomas pueden tardar mucho en manifestarse. Incluso hay pacientes que no presentan síntomas. Este es un listado de síntomas que pueden o no manifestarse en personas que padecen esta enfermedad:

  • Cuando hay una concentración muy alta de azúcar en sangre el organismo trata de eliminar el exceso de esta sustancia a través de la orina, razón por la cual el paciente orina muchas veces al día.
  •  Motivado a la cantidad de veces que el paciente debe orinar se genera mucha sed, esto para que el cuerpo no se deshidrate por  la constante expulsión de líquidos.
  • Como el cuerpo no puede usar de manera normal la glucosa como fuente de energía los pacientes suelen estar sin energía o muy cansados.
  • Algunos pacientes también manifiestan tener hambre todo el tiempo.
  • La pérdida de peso sin hacer ningún tipo de esfuerzo o dieta es otro síntoma a tener en cuenta.

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Diagnóstico de la enfermedad

Para diagnosticar a un paciente con diabetes tipo 2 los médicos pueden utilizar el  análisis de sangre llamado Glicemia Basal  para medir la concentración de  glucosa en sangre el limite alto de este examen es de 126 mg/dl. Esto aunque el paciente no presente síntomas de padecer este trastorno. Por lo  general los médicos mandan a realizar el análisis de glucosa en sangre a  pacientes con sobrepeso que son los que tienen  mayor posibilidad de desarrollar la diabetes tipo 2.

Hay casos en los que el médico tratante puede solicitar un análisis de sangre más profundo conocido como prueba de hemoglobina glucosada, para evaluar a pacientes con alto riesgo de desarrollar este tipo de diabetes.  Este análisis de sangre nos ayuda a saber cómo se ha estado comportando el azúcar en la sangre durante los meses anteriores a ella.  El rango límite es de 6.5%.

Glicemia al Azar

Este método la muestra se toma en cualquier momento del día, si el resultado es mayor a 200 mg/dl  y el paciente presenta los síntomas típicos se procede a realizar el diagnóstico.

Curva de tolerancia a la Glucosa

También se puede optar por la curva de la glicemia, en este análisis de sangre se toman varias muestras de sangre para ver cómo reacciona el cuerpo al consumo de azúcares durante un tiempo determinado. La primera toma se hace en ayunas, luego el paciente puede ingerir alimentos o tomar una solución de glucosa se espera un tiempo y vuelven a tomar una muestra de sangre esto se repite varias veces, según el tiempo que estipule el médico.

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Complicaciones de la diabetes tipo 2

Esta enfermedad crónica  suele restar aproximadamente 10 años de vida a las personas que la padecen. En gran parte esto  se debe a las complicaciones que se derivan de ella. Entre las complicaciones más comunes tenemos: aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, que puede incluir derrame cerebral y enfermedad isquémica del corazón,  el riesgo de sufrir una amputación de miembros inferiores aumenta en un 20%.

La diabetes tipo 2 se ha convertido en la causa más frecuente de ceguera no traumática así como de insuficiencia renal que por lo general deriva en la necesidad de diálisis. También se asocia al aumento de probabilidades de padecer disfunción cognitiva y demencia,  y en otros casos  disfunción sexual

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Tratamientos recomendados

Por ser una enfermedad crónica la diabetes no tiene cura por lo que su tratamiento consiste en mantener estables  los niveles de azúcar en sangre con la finalidad de minimizar los riesgos de complicaciones que están asociadas a la enfermedad. El tratamiento  básicamente se divide en 3 grandes pilares: ejercicio, dieta y medicación

Para la diabetes tipo 1 el único tratamiento a utilizar es la insulina, esta solo puede ser administrada mediante inyección, ya sea por plumas de insulina o el sistema de infusión continua.  Por otro lado la diabetes tipo 2 tiene un abanico más grande de opciones para ser tratada. Si adoptas un estilo de vida saludable y pierdes peso  los niveles de glucosa suelen normalizarse. Aunque el uso de fármacos que ayuden a que el cuerpo absorba de mejor manera la insulina es una de las opciones más recomendadas.

Cambia tu estilo de vida

Los aspectos fundamentales a cambiar para vivir más fácil con esta enfermedad son una dieta balanceada y ejercicios. A mayor cantidad de ejercicios mejores resultados. Los ejercicios aeróbicos ayudan  a la disminución de la hemoglobina glucosada y mejoran la sensibilidad a la insulina, los entrenamientos de fuerza también suelen dar muy buenos resultados, pero lo más recomendable es combinar los dos tipos de ejercicios

Una buena alimentación puede llegar a ser igual o más eficaz que el uso de medicamentos, si bien no hay una dieta específica para tratar la diabetes, controlar el consumo de lípidos y la presión arterial ayuda en la prevención de las complicaciones de la diabetes tipo 2.  Lo mejor es hacer una dieta personalizada, siempre teniendo en cuenta todas las características físicas del paciente así como el resto del tratamiento que el paciente reciba.

Se debe consumir un aporte energético óptimo en Kilocalorías para mantener un peso razonable. Centrándose en el consumo de alimentos  con el patrón de la dieta mediterránea, en lugar de consumir nutrientes aislados.

Aunque suena difícil  vivir con esta enfermedad no es tan complicado solo debemos cuidar lo que comemos y mantener un estilo de vida muy saludable para evitar las complicaciones a largo plazo.