Foto: Luís Pérez (link)
El día a día de mis hijos es bien distinto hoy por hoy: - Mi hija desayuna generalmente en la guardería, o mi marido o yo desayunamos solos a toda pastilla y, solo el que ese día tiene que llevar a los niños, desayuna con mi jirafa mayor. Todos comemos fuera de casa y, eso sí, la cena es la única comida que hacemos todos juntos.
Ya digo que no sé si esto es ahora así porque el ritmo vertiginoso con el que vivimos se ha acelerado en los últimos años o es simplemente porque nosotros vivimos en Madrid y las distancias y los horarios que tenemos en nuestros trabajos, no nos permiten hacer otra cosa.
Por mucho que yo pudiese salir pronto de trabajar y continuar por la tarde trabajando desde casa, mi jirafa mayor come a las 12, a esa hora estoy en plena locura de trabajo, con lo cual, sería imposible.
A Dios gracias, mis hijos jamás me han planteado el ir a comer a casa, asumen que su rutina es comer en el comedor del cole y continuar las clases hasta que tienen que ir a extraescolares y, solo entonces, vienen a recogerle.
No creo que lo mío sea una situación aislada, hablo con padres y madres compañeros de trabajo y tienen la misma situación, los padres del cole también comparten este ritmo, con lo cual, sea porque es Madrid o sea porque hoy por hoy los ritmos son estos, mis hijos siguen la misma rutina que la mayoría de sus compañeros.
Volviendo entonces al tema de lo que hoy quería compartir, veo super importante el hecho de que un Colegio "te invite" a formar parte de sus actividades, que puedas ver a tu hijo en su ambiente de cole, con qué amigos se relaciona más, como reacciona ante comentarios y situaciones que únicamente se dan en ese entorno. Otra cosa es, claro está, que tú puedas participar: por horario, por trabajo, por reuniones, etc. Pero el hecho de que yo no pueda no hace que no me gusten ese tipo de iniciativas. Puede haber gente que proteste porque sienten impotencia de no poder ir, pero yo prefiero quedarme con la idea de que yo no puedo estar pero que ese día va a ser un día especial donde vayan padres a compartir con ellos un rato, luego ves fotos, tu hijo te cuenta y bueno, es otra forma de hacerles más ameno el día en el cole, ¿No?
En el nuestro durante este mes nos han invitado a 3 padres por clase a ir a unos talleres internivel que están haciendo sobre la unidad didáctica "La Casa": con ellos hemos construido un tipi, un iglú y una choza, les hemos disfrazados de indios, africanos y esquimales. La verdad es que ha sido muy ameno. El mes pasado nos invitaron a la merienda de Otoño, cada semana van unos padres a contar "EL libro de la sabiduría" que han preparado el finde anterior junto a su hijo y que lo presentan a toda la clase el lunes....
Por otro lado, lo que sí que intentamos nosotros en casa desde hace un tiempo es cenar todos juntos. Y aprovechar ese rato para contarnos todos cómo nos ha ido el día, anécdotas, historias... Cuando alguno de mis jirafas está un poco reticente a contar nada, el año pasado, coincidiendo con su primer año de cole, no soltaba prenda, hacemos el juego de "Lo mejor y lo peor". Cada uno contamos qué es lo mejor que nos ha pasado hoy, y qué es lo peor que nos ha ocurrido. Un juego sencillo con el que conseguimos saber mucho sobre el día de nuestros hijos. Todos tenemos turno de palabra, hasta mi pequeña jirafa que normalmente siempre nos cuenta lo mismo: he comido sopita y croquetas.... ¡El día que coma algo diferente iré a felicitar a la cocinera de la guarde!
Parece una tontería, pero para poder hacer eso se requiere una gran organización familiar, porque no es lo mismo preparar la cena deprisa y corriendo para que los dos peques cenen y se acuesten pronto, que preparar algo para los 4, poner la mesa, que los dos estemos en casa a esa hora para poder cenar, etc.
Os animo a hacerlo, de verdad. Igual es solo media hora de cena, pero es media hora en la que se disfruta mucho.