Cuando uno comienza a interesarse por la psicología o se mueve en un ambiente psicoanalítico, lo más probable es escuchar este término, pero realmente ¿Qué es y qué implica el complejo de Edipo?
El Complejo de Edipo, también conocido como Conflicto Edípico, tiene lugar en la infancia y todas las personas lo desarrollaríamos a lo largo de ésta con un resultado positivo o negativo.El Complejo de Edipo estaría relacionado con el desarrollo psicosexual del niño que pasa por diferentes etapas: oral, anal y fálica, y en concreto tendría lugar en la última fase.La madre jugará un papel determinante durante todo el desarrollo ya que de alguna manera será ella quien vaya marcando cada una de las fases. Por ejemplo, el niño dejará la fase oral porque la madre le irá animando a que deje el pecho, el chupete, el biberón…A continuación, se da la fase anal en la que es el niño el que aprende a controlar sus esfínteres y a su vez, también tiene el control de hacer feliz o no a mamá (haciéndoselo en los pañales o en el servicio). En esta ocasión, es la madre la que demanda al niño para que lo haga bien.Es en esta fase cuando el niño comienza a diferenciar a la madre como un objeto (término psicoanalítico) fuera de sí mismo, hasta entonces la veía como otra extremidad de él.
Más adelante el niño descubre el falo (diferente a pene) a donde dirige su satisfacción. En este momento, ni la niña ni el niño entienden la diferenciación sexual, todos son iguales ante sus ojos por ello es la fase fálica.Cuando el niño se percata de esta diferencia sexual, esto le produce un sentimiento ominoso y como no lo puede entender crea dos teorías: 1) aún no les ha crecido 2) se lo han quitado, castrado.En el caso de la niña cuando descubra esta diferencia se producirá una decepción porque entiende que el niño tiene algo que ella no tiene. Mientras que el niño lo vive con miedo por si también se lo quitan y de ahí se deriva la angustia de castración.El niño asocia que les han quitado el falo con el placer que siente con mamá lo que le produce angustia y al ver que la madre se va separando de esa zona erógena, al igual que ha ido haciendo con las anteriores, lo vive como una amenaza. Y para salir de esa angustia, el niño renuncia a la madre como fuente de satisfacción.