Diseño: Estudio de cohorte de base poblacional.
Lugar: Estudio de tres ciudades centro de Dijon.
Participantes: 3982 (2410 (60,5%) mujeres) habitantes de la comunidad franceses mayores de 65 años de edad, incluidos durante 1999-2001, los participantes estaban libres de discapacidad al inicio del estudio, cuando se evaluaron los comportamientos de salud.
Principales resultados: mide indicador jerárquico de discapacidad (no, leve, moderado, grave) que combina datos de tres escalas de discapacidad (movilidad, actividades instrumentales de la vida diaria, actividades básicas de la vida diaria) evaluada cinco veces entre 2001 y 2012.
Resultados: Durante 12 años de seguimiento, 1236 participantes (861 (69,7%) mujeres) desarrollaron discapacidad moderada o grave. Análisis de supervivencia por intervalos (ajustado por edad, sexo, estado civil, educación) mostraron que una actividad física baja/intermedia (HR 1,72, intervalo de confianza 95%: 1,48 a 2,00), consumo de frutas y verduras menos de una vez al día (1.24, 1.10 a 1,41) y tabaquismo actual/corto plazo ex-fumadores (1,26, 1,05 a 1,50) se asociaron de forma independiente con un mayor riesgo de discapacidad, mientras que no se encontró una fuerte asociación con el consumo de alcohol. El riesgo de discapacidad aumentó progresivamente con el número de conductas no saludables asociadas independientemente con discapacidad (P <0,001), los participantes con tres comportamientos no saludables tenían mayor riesgo de discapacidad 2,53 veces (1,86 a 3,43) en comparación con aquellos con ninguno. Sesgo de causalidad inversa fue verificada mediante la exclusión de los participantes que desarrollaron la discapacidad en los primeros cuatro años de seguimiento, los análisis sobre 890 acontecimientos discapacidad arrojaron resultados similares a los del análisis principal. 30,5% de la asociación entre la puntuación de comportamientos no saludables y discapacidad fue explicado por el índice de masa corporal, función cognitiva, síntomas depresivos, trauma, enfermedades crónicas y enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo; los principales contribuyentes fueron condiciones crónicas y en menor medida los síntomas de depresión, trauma y el índice de masa corporal.
Conclusiones Un estilo de vida saludable se asocia con un mayor riesgo de incidencia de discapacidad y el riesgo aumenta progresivamente con el número de conductas poco saludables. Las enfermedades crónicas, síntomas depresivos, trauma y el índice de masa corporal explican parcialmente esta asociación.
BMJ 2013; 347 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.f4240 (Published 23 July 2013)