Compras literarias

Por Beldz

Esta vez me gustaría hacer una entrada diferente a las habituales. Me apetece enseñaros mis últimas compras y regalos literarios, desde que abrí mi librería, a finales de marzo, hasta ahora, a principios de agosto. Empezamos con tres clásicos decimonónicos:
  • La guerra de las mujeres, de Alexandre Dumas: En medio de la guerra de la Fronda, la guerra civil emprendida por la aristocracia francesa durante la minoría de edad de Luis XIV, dos mujeres se enfrentan con todas sus armas: en la lucha por el poder, ponen en liza su belleza, su gran capacidad para la intriga, su amor y sus celos, sin renegar del coraje ni de sus dotes militares. Una es Nanon de Lartigues, la astuta y encendida amante del duque d’Épernon; es fiel a Ana de Austria y al cardenal Mazarino, y con ellos trata de salvaguardar la corona para quien luego será el Rey Sol. La otra es la rubia y valerosa Claire de Cambes, que sostiene la rebelión de los príncipes de Condé con inteligencia y sagacidad. Estas dos mosqueteras con faldas, como se las ha llamado, se convierten en el eje de una historia llena de acción, intriga y rapidez descriptiva, donde el aspecto amoroso ocupará un lugar destacado cuando ambas heroínas se enamoren del mismo hombre.
  • El Paraíso de las Damas, de Émile Zola: Una joven huérfana, Denise, llega a París con intención de buscar trabajo. Recurre a un tío suyo que tiene una pañería. Sin embargo, la tienda de tejidos, como todos los pequeños comerciantes, está empezando a resentirse debido a las innovaciones que han traído los grandes almacenes. Denise se ve obligada a entrar a trabajar como dependienta en unas galerías, cuyo propietario, Octave Mouret, se enamora de ella. El nacimiento de una nueva era comercial y el amor entre clases sociales en un gran clásico del maestro Zola.
  • Daisy Miller. Otra vuelta de tuerca, de Henry James: La selección de relatos que aquí presentamos deja a la vista el despiece de la identidad nacional a través del enfrentamiento de las culturas americana y europea, como en el caso de una de sus historias más famosas: «Daisy Miller», una fábula moral en la que analiza con frío rigor las costumbres sociales. «Otra vuelta de tuerca» figura entre las novelas ejemplares de la literatura. James se atreve a poner en duda la imagen de la infancia como momento inocente y paradisíaco. Por último «La bestia en la jungla» y «El rincón feliz» son relatos que revelan la íntima desazón de James ante la muerte que él parecía presentir.


De estos tres títulos, ya me he leído dos: La guerra de las mujeres, un ameno relato de aventuras ambientado en la Francia del siglo XVII. Una historia de traición, de amor y de ambición al más puro estilo Dumas. Y El Paraíso de las Damas, un libro que narra el enfrentamiento entre el pequeño y el gran comercio, también de imprescindible lectura para los amantes de la literatura del siglo XIX. Una crítica a la sociedad que bien podría trasladarse a la actualidad. Se trata del volumen número once de la serie Les Rougon Macquart, un conjunto de veinte novelas que pretenden describir la sociedad en tiempos del Segundo Imperio.  Émile Zola se inspira, así, en La comedia humana de Balzac. 
Continuamos con otro gran clásico: el tercer y último volumen, publicado por Akal, del Sherlock Holmes anotado. Tres volúmenes indispensables que reúnen toda la producción sobre el célebre detective consultor creado por Sir Arthur Conan Doyle. Los relatos están acompañados por las anotaciones de Leslie S. Klinger, una de las autoridades sherlockianas más destacadas del mundo, y por fotografías e ilustraciones de la época. Una maravilla de colección que, por fin, podemos disfrutarla al completo.
  • Sherlock Holmes anotado. Relatos II, de Arthur Conan Doyle: Tiene entre sus manos la publicación más importante del detective en cuatro décadas  –un libro que atraerá a todo lector y amante de la buena literatura–. Los que no conozcan al famoso detective apreciarán la clara presentación de Klinger de las renombradas historias en el orden original de publicación, mientras que los sherlockianos experimentados se verán cautivados con las más de 1.000 anotaciones, cuidadosamente investigadas, para presentar la información histórica sobre la Inglaterra victoriana, al igual que explicaciones de las teorías sherlockianas imperantes. El presente volumen, dentro de una serie de tres volúmenes, contiene los relatos publicados desde 1903 a 1927 en la Strand Magazine y más tarde recogidos en forma de libro como  «El regreso de Sherlock Holmes» ,  «Su último saludo»  y  «El libro de casos de Sherlock Holmes». 

Jean-Jacques Rousseau es uno de los filósofos que más me gustan, a pesar de que aún me faltan muchas cosas de este autor por leer. Aunque se le considera un ilustrado, sus ideas influyeron en movimientos posteriores, como en el Romanticismo. Exaltó la contemplación de la naturaleza y buscó la introspección y la exposición de los sentimientos interiores. Eso mismo se encuentra en uno de sus escritos más bellos, Las ensoñaciones del paseante solitario, una obra autobiográfica en la que se exponen argumentos filosóficos y se reflexiona sobre la naturaleza y el espíritu del hombre. 
  • Las ensoñaciones del paseante solitario, de Jean-Jacques Rousseau: El término «ensoñaciones» alude tanto a los estados contemplativos, casi místicos, como a las meditaciones basadas en el raciocinio más riguroso. La traducción de Mauro Armiño ha tomado como referencia el texto definitivamente fijado tras décadas de investigaciones eruditas; el prólogo y las notas aclaran los principales problemas de interpretación del manuscrito. El volumen ofrece como complemento, además de una breve cronología, cinco apéndices: las veintisiete «Cartas de baraja», también póstumas; los treinta y cinco fragmentos que componen «Mi retrato»; cuatro cartas dirigidas a Malesherbes en enero de 1762; la semblanza hecha por Bernardin de Saint-Pierre, evocación doméstica de los hábitos y manías cotidianas de Rousseau, y un texto del Abate Rozier.

De Stefan Zweig tuve la suerte de leer su biografía sobre María Estuardo, apasionante, conmovedora y sumamente interesante. Una mujer educada en la corte francesa que, una vez muerto su marido Francisco II, debe volver a Escocia para hacerse cargo del trono. Allí se encuentra con un país totalmente diferente, dividido por la religión. Pero lo más atrayente de su historia es su relación con su prima, la reina Isabel I, que acabará por llevarla al cadalso. Una biografía que, ya de paso, os recomiendo encarecidamente. Pero vayamos a las otras biografías que ahora nos ocupan: muchos sabréis que me encanta la literatura del Romanticismo, y más si se trata de obras de autores atormentados. Hölderlin y Heinrich von Kleist, por ejemplo, son una buena muestra de ello. Cuando supe que Zweig había escrito un libro sobre ellos, lo apunté inmediatamente en mi cola de pendientes. No dudo de que se trata de un gran libro. (De Kleist os recomiendo La marquesa de O... y otros cuentos, y la película que sobre este relato realizó Eric Rohmer). 
  • La lucha contra el demonio, de Stefan Zweig: Hölderlin, Kleist, Nietzsche, tres personajes extraordinarios por los que Stefan Zweig, como «psicólogo por pasión, creador por voluntad creadora» sentía un profundo apego. Su inquietud vital los aleja de la contención de Goethe decidido a autoconstruirse: «La fórmula para la vida según Goethe es la representada por el círculo: una línea cerrada, la redondez absoluta que abarca toda existencia, el eterno retorno a uno mismo». En cambio, «la forma de lo demoníaco», de la inquietud interna en Hölderlin, Kleist y Nietzsche, «se expresa por una parábola: un ascenso rápido e impetuoso en una única dirección, hacia lo superior, lo infinito, una curva perpendicular y una caída brusca». El demonio, entendido por Stefan Zweig como remanente del caos original del mundo, es quien desafía a los hombres creativos, poseídos por él, y les «arranca de las manos, a la fuerza, el timón de la voluntad, de manera que son tambaleados por la tempestad, y chocan contra las peñas de su destino».


La época medieval es otra de mis grandes pasiones. No suelo leer novela histórica ambientada en esta época (la novela histórica en general no me gusta; para eso leo un libro de historia bien documentado), a no ser que se trate de una buena novela histórica hecha por historiadores o especialistas en la materia. En un mercado de antigüedades me encontré con una serie de volúmenes de novela histórica de la Edad Media, a un precio irrisorio cada uno. Se trata de una colección publicada por Planeta de Agostini, creo que destinada al quiosco, y ahora ya inencontrable, a no ser en librerías de segunda mano. Compré, por ejemplo, dos títulos de Zoé Oldenbourg -historiadora especialista en la Francia medieval, y en concreto en las Cruzadas y los Cátaros-: Los quemadosLas ciudades carnales, ambos sobre la Cruzada albigense. Las ciudades carnales, el único de la colección que ya he leído, es una apasionante historia de amor entre un cristiano y una mujer cátara. A través de ellos, la autora nos cuenta las creencias de este movimiento herético y las luchas que desencadenó la llamada a la cruzada. No es un libro fácil de leer, pues se dan por hecho diversos sucesos, y el estilo narrativo es recargado y, diría yo, anticuado. No obstante, la lectura de esta autora es imprescindible si os gusta este período en concreto de la historia.  
Paul C. Doherty es otro reconocido historiador, autor de un montón de novelas ambientadas en la Edad Media, en el antiguo Egipto, Grecia y Roma. Este título en concreto, Un torneo entre asesinos, corresponde al tercer volumen de la serie Canterbury Tales
  • Un torneo entre asesinos, de P.C. Doherty: La historia del joven escudero Ricardo Greenele, quien, durante la batalla de Poitiers (1356), descubre que sus padres no murieron durante una epidemia y que, si desea conocer la verdad, tendrá que viajar a Colchester y encontrar a Hugo Coticol. 

Mika Waltari -escritor finlandés reconocido por sus novelas históricas- fue famoso por su novela Sinuhé, el egipcio, adaptada con éxito a la gran pantalla. En El sitio de Constantinopla, el autor se sirve del asedio que los otomanos imponen a la capital del Imperio Bizantino para narrar una historia de amor.
  • El sitio de Constantinopla, de Mika Waltari: Constantinopla: primavera de 1453. Los otomanos vencen a sangre y fuego la resistencia desesperada que opone la capital del imperio bizantino. Entre los defensores asediados sobresale la figura del misterioso Giovanni Angelos, temido y admirado por los nobles y generales de Constantino. La decadencia y los despojos de una civilización que se derrumba -símbolo del encuentro entre Oriente y Occidente- sirve de telón de fondo al relato intimista del amor de Giovanni y la bella y orgullosa Ana, hija del megaduque Lucas Notaras, almirante de la flota del emperador Constantino. 

Wolf von Niebelschütz fue otro escritor y ensayista alemán, como Siegfried Obermeier, autor de diversas novelas históricas.
  • Los hijos de las tinieblas, de Wolf von Niebelschütz: Barral, un pastor de misteriosos orígenes que asciende en la escala social por su inteligencia y arrojo, es el protagonista de esta magnífica novela ambientada en una Provenza medieval y de rasgos legendarios. Una época misteriosa y lejana, pero repleta de acontecimientos y aventuras inolvidables que hacen volar la fantasía en un relato emocionante y pleno de acción. Batallas sangrientas con los infielas, intrigas, torneos, cortes de amor, supersticiones, rencillas familiares, magia... Todos los elementos de una gran novela épica se dan cita en este colorido fresco de un mundo apasionante y seductor, reconstruido con eficacia y brillantez.
  • Torquemada. El alma de un siglo, de  Siegfried Obermeier: A través de las vidas de diversos personajes accedemos al espíritu de una época clave en la historia de España. Cristóbal Colón, los Reyes Católicos, la familia Borgia y el resto de figuras que aparecen en la novela componen un brillante mosaico de voluntades teñidas en mayor o menor medida por el espíritu de la Inquisición y de su más fiel representante, Tomás de Torquemada. 


A continuación, os presento cuatro títulos de historia medieval. Se trata de cuatro títulos clásicos e imprescindibles en cualquier biblioteca de historiador. Jacques Le Goff y Henri Pirenne, francés y belga respectivamente, son dos grandes historiadores del siglo XX, especializados en la Edad Media. 
  • Las cruzadas vistas por los árabes, de Amin Maalouf: Basándose en los testimonios de los historiadores y cronistas árabes de la época, Amin Maalouf relata la historia de las cruzadas tal y como las vieron y vivieron en «el otro campo», es decir, en el lado musulmán, un punto de vista hasta ahora olvidado. Las cruzadas vistas por los árabes abarca el periodo comprendido entre la llegada de los primeros cruzados a Tierra Santa en 1096 y la toma de Acre por el sultán Jalil en 1291, dos agitados siglos que dieron forma a Occidente y al mundo árabe y que aún hoy siguen condicionando sus relaciones.
  • Mercaderes y banqueros de la Edad Media, de Jacques Le Goff: El gran historiador francés Jacques Le Goff estudia una de las figuras más características y atractivas de la Cristiandad medieval, mostrándonos la actividad del mercader-banquero del Occidente europeo entre los siglos XI y XV, desde su trabajo en el mercado hasta sus relaciones sociales, sus ideas políticas, creencias religiosas y gustos artísticos. En este ejercicio modélico de la «nueva historia» ­cuyo objetivo es integrar lo individual con lo colectivo, lo político con lo social, económico y cultural, en pos del ideal de una «historia total»­, y al reclamar el «derecho a la historia» de los mercaderes y banqueros medievales, Le Goff reivindica una imagen distinta de la Edad Media occidental, no sólo hecha de campesinos, monjes y caballeros, sino también de otros personajes, precursores indiscutibles de la modernidad.
  • Las ciudades de la Edad Media, de Henri Pirenne: Aunque el transcurso de los años haya modificado parcialmente algunas de sus conclusiones, las investigaciones de Henri Pirenne (1862-1935) sobre la Edad Media europea continúan siendo punto de referencia indispensable para los historiadores actuales. Pirenne demuestra en Las ciudades de la Edad Media que fue la expansión musulmana -que cerró el Mediterráneo al tráfico durante el siglo VIII-, y no las invasiones germánicas, lo que dislocó la unidad económica creada por el imperio romano, dando origen al periodo de decadencia mercantil que tan graves consecuencias tendría para la vida urbana. Después de tocar fondo a finales del siglo IX, las rutas comerciales fueron revitalizándose con nuevas corrientes de civilización que se condensaron en los núcleos urbanos supervivientes, marcando este renacimiento el comienzo de una nueva era: frente al clero y la nobleza, la burguesía inicia su ascenso, que culminará en la época contemporánea.
  • El legado secreto de los cátaros, Anónimo: Desde mediados del siglo XII hasta finales del XIII, el movimiento cátaro se alzó por Occitania, el norte de Italia, Flandes, Champaña y Cataluña como una auténtica iglesia alternativa a la de Roma, con su propia organización secreta, su doctrina y sus ritos iniciáticos. Este volumen ofrece al lector lo esencial del corpus de los textos cátaros originales descubiertos hace unas décadas, lo que permite acceder adecuadamente al conocimiento de una religión secreta que anteriormente sólo se conocía a través de los testimonios indirectos de las crónicas y escritos de sus oponentes católicos.


Finalmente, me falta mostraros los libros que he recibido como material de prensa de parte de La Espada en la Tinta, y de los cuales leeréis por allí (y por aquí) su correspondiente reseña. Pienso que estos títulos son una síntesis de mis gustos literarios e históricos: arte, Edad Media y siglo XIX. En ocasiones poco frecuentes, también me gusta leer novelas ambientadas entre principios y mediados del siglo XX; es el caso de Westwood, de Stella Gibbons. 
  • Los cristianos, de Max Gallo: Los cristianos es un fresco novelado de la Europa medieval en la que, tras la desaparición de la hegemonía imperial romana, pugnaban por sobrevivir por cualquier medio los cultos bárbaros, las viejas tradiciones romanas y la pujante fe cristiana. Las figuras de San Martín, el soldado que compartió su capa con un mendigo, de Clodoveo, el primer gran rey bárbaro que se convirtió al cristianismo, y de Bernardo de Claraval, fundador del Císter e impulsor de la segunda cruzada, sirven a Max Gallo para ensamblar un retrato vívido y lleno de fuerza de una época crucial para la civilización de Occidente. 
  • El sabor de las penas, de Jude Morgan: «Cumbres Borrascosas», de Emily, «Jane Eyre», de Charlotte, «Agnes Grey», de Anne… Tres novelas inolvidables obra de cada una de las hermanas Brontë que siguen emocionándonos y atrapándonos aún hoy. Pero ¿cómo pudieron ser los días, los sinsabores, los amores de las mujeres que idearon estas historias? Jude Morgan novela en «El sabor de las penas» la oscura existencia de las tres hermanas en la rectoría de Haworth, regentada por su padre Patrick en los inhóspitos páramos de Yorkshire. Allí transcurren sus vidas, plagadas de penalidades, de las que escapan fantaseando con mundos imaginarios, mucho más atractivos que la realidad, y con la escritura. Y de estas páginas que recrean con magnífica verosimilitud la historia y la época en que vivieron surge una novela intensa, teñida por las mismas emociones y desgarros que transmitieron en sus obras.
  • Westwood, de Stella Gibbons: Ambientada en el turbulento y bombardeado Londres de la Segunda Guerra Mundial, Westwood narra la historia de Margaret Streggles, una joven de aires janeaustenianos, con un talento innato para pasarse el día en las nubes, un temperamento romántico y todo tipo de aspiraciones culturales. Su madre insiste en que «no es el tipo de muchacha que atrae a los hombres», justo lo opuesto a su amiga Hilda, una cabecita loca capaz de sonreír y flirtear sin tregua en una ciudad marcada por las tribulaciones y penurias de la guerra. Pero la existencia de Margaret cambia por completo cuando encuentra por casualidad una cartilla de racionamiento en Hampstead Heath y, con ella, todo un mundo de intelectuales, artistas y aristócratas, encarnados en la figura del pintor Alex Niland y de su suegro, el famoso e insolente dramaturgo Gerard Challis. 
  • Vida de Rafael de Urbino, de Giorgio Vasari: Giorgio Vasari se cuenta entre los máximos exponentes del Cinquecento gracias a la publicación, en 1550, por el editor ducal Lorenzo Torrentino, de Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos. El autor no se conformó con narrar los hechos acaecidos, sino que gustó también distinguir al bueno del mediocre, al excelente del bueno, y hacer cuidadosa mención de las particularidades, estilos, rasgos y fantasías de los pintores y escultores. El testimonio de Vasari, muy cercano en el tiempo al mundo que describen, convierte esta Vida de Rafael de Urbino en un documento esencial para el conocimiento de la vida y la obra del pintor y arquitecto italiano.


Aprovecho para citar también un libro que compré el otro día, y que pronto recibiré, también de temática medieval.
  • Agincourt, de Juliet Barker: Cuando Enrique V y su banda de hermanos venció al poder de la caballería francesa un día lluvioso de octubre en 1415, éste fue un momento decisivo en la historia de Inglaterra. La batalla de Agincourt se convirtió en un símbolo de la identidad de este pueblo y durante seis siglos se ha celebrado como el triunfo del más débil frente a una adversidad aparentemente insuperable. ¿Pero, qué hay de verdad detrás de la batalla sobre la que se han construido tantas leyendas? En este estudio exhaustivo y riguroso de los hechos, Juliet Barker recurre a múltiples fuentes, así como a su insuperable talento narrativo, para ofrecernos un relato fascinante de la batalla y un auténtico fresco del momento histórico en el que ésta tuvo lugar esta brutal lucha por el poder. Un rey enloquecido, duques asesinos, obispos conspiradores, héroes caballerosos, cirujanos, heraldos, espías y piratas: todos ellos forman parte de la historia de Agincourt.