Si estuvieran nuevas las Onitsuka Mexico 66 de Bárbara creo que no me hubiera fijado en ellas. Y es que creo que parte de su encanto reside en lo curtidas que están. A veces, las zapatibambolas, como el vino, mejoran con los años. Recuerdo cabreos tremendos con mi madre cuando era pequeño porque me tiraba mis zapatibambolas preferidas argumentando que estaban destrozadas, y sí, lo estaban, pero eran mis preferidas.
En el SOS48 y con el concierto de Nada Surf de fondo, le tiré unas fotos a Bárbara sin que se enterara, esta vez agachado ya que no estaba el suelo para hacer la croqueta ;) Al terminar me acerqué a ella para comentarle que me había encantado el proceso de fermentación que habían sufrido sus Tiger y que las colgaría en el blog.
Ahora, las marcas ya nos venden las zapatibambolas envejecidas, y en algunos casos con la suela amarillenta tirando hacia el vintage que tanto pega últimamente (acordaos de las Adidas TRX de Wences) De todas formas yo creo que lo bonito es que uno las curta y las adapte él mismo.
¿Qué opináis? ¿Os gustan más las zapatibambolas nuevas e impolutas o curtidas por el paso del tiempo?
¡Ciao Bambin@s!