Con-cierto Des-concierto

Por Ritacoach @ritatonecoach

“Con cierto desconcierto, escuché lo que me decía.”

“El concierto fue maravilloso aunque debo confesar que fui con-cierto recelo.”

“Necesitamos afinar los instrumentos del des-concierto de nuestra vida.”

El lenguaje no es inocente.

Si atendés a las frases con las que comienzo este post, podrás ver la maravilla

del lenguaje.

La capacidad de expresión es, probablemente, la más importante de todas las que

el ser humano puede desarrollar.

Adecuamos nuestro lenguaje al contexto dentro del cual lo usamos, y lo hacemos en transparencia (involuntariamente). Te doy esta noticia porque es vital para vos. Necesitás tomar conciencia del efecto que impacta en vos al hablar porque una de las características ontológicas del lenguaje es su Capacidad De Crear Realidad.

Veamos…

En los ejemplos que te presenté podrás observar que ellas están dichas en tres contextos diferentes:

En la primera, tenemos un contexto de un diálogo.

En la segunda, el contexto es un espectáculo musical, al principio, y uno de reflexión, al final.

En la tercera, tenemos un contexto metafórico

No controlamos el lenguaje; es el lenguaje el que nos controla a nosotros. Como otras acciones -por ejemplo, el movimiento y la percepción-, el lenguaje es una emanación de nuestra estructura, y a su vez nos determina… La gente puede quedar atrapada por su manera de usar el lenguaje. Humberto Maturana

El Coaching Ontológico es la disciplina con la que lograrás tu transformación personal transformando tu lenguaje y logrando equilibrarlo con tu cuerpo y emoción.

Si cambiás tu lenguaje, cambia tu vida. Esto no es mágico, ni mucho menos. Y te lo voy a mostrar… Espero hacerlo efectivamente.

 

Te pido que recuerdes alguna situación en la que decir o no decir algo, o viceversa, hubiera dado lugar a resultados diferentes.

Situación que te hizo exclamar: “Pero ¿por qué no me quedé callado?” ¿Te ha pasado alguna vez?

Seguramente, aquí, el usar tu lenguaje creó una situación de la que luego, te arrepentiste.

O también: “¿Por qué no se lo dije antes?” ¿Te ha pasado alguna vez?

En este caso, vemos el efecto creativo contrario, por haber callado.

Cualquier problema del ser humano es un problema de lenguaje y la solución está en el mismo lenguaje.

 

Solo hay un mundo donde hay lenguaje. Heidegger

El lenguaje tiene entidad propia.

¿Escuchaste la frase “Te doy mi palabra”? ¿Qué es la “palabra”, aquí?

 

El lenguaje genera identidad

El lenguaje dice Quiénes somos.

Por el lenguaje de los demás, nosotros decimos, quiénes son ellos.

Si cuando te preguntan acerca de la posibilidad de hacer algo, vos contestás: “Todo es posible”. ¿Qué identidad estás revelando?

¡Sí! La de un optimista. Los demás te identificarán, así.

Si un amigo tuyo vive quejándose…  ¿Qué decís de él?

Fulano es un Quejoso. Lo rotulaste. Lo identificaste.

¿Cómo lograste esa conclusión?

¡Sí! Teniendo en cuenta como él habla.

Habla para que yo te conozca. Sócrates

 

El lenguaje te permite estar sobre las cosas y las situaciones.

No podemos ver (en el sentido de conocer) aquello que no podemos nombrar. Humberto Maturana

Preguntale a un niño de dos años, qué es eso, rectangular, lleno de colores, que cuelga de la pared, frente a lo cual, escucha decir a las personas: “¡Qué hermoso!”. Preguntale: ¿Qué es? ¿Lo sabe? No. ¿Cómo te darás cuenta? Porque como no lo conoce, no lo puede nombrar.

Por eso, cuando te pasa algo, hasta que no hablás no podés poner en práctica la intención que tenés de liderar (manejar, conducir, guiar, y en definitiva, resolver) lo que te está sucediendo.

 

Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las caídas que, para efectos prácticos debían darse por muertas. Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras insistían en que esos esfuerzos serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió.

La otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo.

Las otras le preguntaron: ¿No escuchabas lo que te decíamos?

La ranita les explicó que era sorda, y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para salir del hueco.

Te dejo con el más grande de mis maestros, el Dr. Rafael Echeverría. Él lo dice mucho mejor que yo.

 

 

 Por el placer de compartir