'Con los ojos abiertos': Entrevista a Marguerite Yourcenar

Publicado el 09 diciembre 2010 por Lilik


-¿A qué llama usted pasión? ¿Qué diferencia hace con el amor?
-La mayoría de la gente no ve una gran diferencia, para ellos la pasión es simplemente un grado más alto del amor. En un lenguaje más preciso, se podría decir que los dos sentimientos son casi el opuesto el uno del otro. En la pasión hay un deseo de satisfacerse, de saciarse, a veces de dirigir, de dominar a otro ser. En el amor, por el contrario, hay abnegación. En el momento en que escribía, mezclaba los dos. Decribía unas veces el amor abnegación, otras veces el amor pasión, pero al fin de cuentas, la pasión pertenece más bien al orden de la agresividad que al de la abnegación".
"En los hombres [varones], el amor abnegación es menos frecuente, porque el hombre siempre ha sentido que en el universo y en la vida había algo más que un gran amor".
"La aventura del pastor Jones, por ejemplo, muestra hasta qué punto es frágil una sociedad como la nuestra, por el hecho de que los individuos aislados, espantados por los peligros que ven aparecer, se refugian en una suerte de catacumbas, cuando no es en una orgía de muerte, como en el caso de los acólitos de ese hombre. No se conocen bien los hechos en la historia de Jones, pero sus discípulos debieron ver en la muerte un remedio a su insatisfacción, lo cual, en el fondo, no sorprende. La gente debe elevarse siempre por encima de las circunstancias, o caer, en la droga, el alcohol o las sectas de alucinados".

"Todo escritor es útil, o es nocivo. Es nocivo si es farragoso, si deforma o falsifica (aun inconscientemente) para obtener un efecto o un escándalo; si se acomoda sin convicción a opiniones en las cuales no cree. Es útil si ayuda a la lucidez del lector, lo desembaraza de timideces y de prejuicios, le hace ver y sentir lo que ese lector no hubiera visto ni sentido sin él".
"Debemos tratar de dejar detrás nuestro un mundo un poco más limpio, un poco más bello de lo que era, aun si ese mundo es un patio trasero o una cocina".
"Por otra parte, tengo grandes objeciones contra el feminismo tal como se presenta en la actualidad. En la mayoría de los casos es agresivo, y con la agresión no se llega a nada duradero. Además, y esto sin duda le parecerá paradójico, es conformista, desde el punto de vista de la institución social, en el sentido de que la mujer parece aspirar a la libertad y a la felicidad del burócrata que sale cada mañana, con su portafolios bajo el brazo, o la del obrero que ficha en una fábrica. Este homo sapiens de las sociedades burocráticas y tecnocráticas, es el ideal que la mujer parece querer imitar sin ver las frustraciones y los peligros que implica, porque en esto, igual que los hombres, piensa en términos de beneficio inmediato y de "éxito" individual. [...]
Me parece también lamentable ver a la mujer jugar a dos puntas, ver por ejemplo, revistas, que para adaptarse a la moda (porque las opiniones también son modas) publican artículos feministas supuestament incendiarios, y que al mismo tiempo ofrecen a sus lectoras, que las hojean en la peluquería, igual cantidad de fotografías de lindas muchachas, o más bien muchachas que serían lindas si no encarnaran, con tanta evidencia, los modelos publicitarios; la curiosa psicología comercial de nuestro tiempo imponen esos mohínes que pretenden ser seductores, provocativos o sensuales, cuando no rozan el erotismo y la semidesnudez, si se presenta la ocasión.
Me sorprende que las feministas acepten a todas esas mujeres objeto. Me sorprende también que continúen entregadas a la moda de manera gregaria, como si la moda se confundiera con la elegancia, y que millones de ellas acepten, con una total inconsciencia, el suplicio de los animales martirizados para ensayar en ellos productos cosméticos, cuando no agonizan en trampas, o son muertos a golpes en el hielo, para asegurar a esas mismas mujeres adornos sangrientos. Que los adquieran con dinero ganado libremente por ellas, gracias a una "carrera", o les sean obsequiados por un marido o un amante, no cambia en nada el problema. En Estados Unidos, creo que el día en que la mujer haya conseguido prohibir que la efigie de una linda muchacha que fuma con un airecito de desafío, lleve al lector de revistas a comprarse cigarrillos, que tres líneas casi invisibles al pie de la página declaran nocivos y cancerígenos, la causa de las mujeres habrá dado un gran paso".
"No idolatro las revoluciones. Terminan produciendo reacciones, más virulentas todavía, y es casi inevitable que se estanquen también en sociedades funcionarizadas, jerarquizadas, y acaben en los "gulags". Son las reformas, y no las revoluciones, las que mejoran el mundo ".
"[...] pienso que el problema social es más importante que el problema político, y que el problema moral es más importante que el problema social. Se vuelve siempre a la lucha entre el bien y el mal".
"Las muchedumbres, rápidamente agitadas por un incidente cualquiera (Vietnam, Watergate, el drama de los rehenes de Irán, por ejemplo), vuelven a caer muy pronto en la inercia o en la minúscula preocupación por sus asuntos".
"Me digo con frecuencia que si no hubiéramos aceptado, durante generaciones, ver a los animales asfixiarse en los vagones jaula, o quebrarse las patas, como les ocurre a tantas vacas o caballos, enviados al matadero en condiciones absolutamente inhumanas, nadie, ni siquiera los soldados encargados de escoltarlos, hubiera soportado los vagones precintados de los años 1940-1945".
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"[...] está siempre ese aspecto conmovedor para mí, del animal que no posee nada, salvo su vida, que con tanta frecuencia le arrebatamos. Está esa inmensa libertad del animal, encerrado por cierto en los límites de su especie, pero viviendo, sin más, su realidad de ser, sin todo lo falso que le agregamos a la sensación de existir".
de "Con los ojos abiertos" (con Matthieu Galey), Alejandría. Imagen: Wikipedia