Congreso entrevista clínica, Córdoba 12-13 octubre 2017
Los que me conocen saben que uno de mis congresos de referencia es el que organiza el grupo de Comunicación y Salud de Semfyc que este año se celebrará en Córdoba y asume unos retos enormes al tratar de hacerlo asequible a muchas más personas (han bajado el precio pese a no tener patrocinadores industriales), abrirlo a cualquier perfil sanitario y en formación, así como ofrecer una calidad y cantidad de actividades difíciles de igualar. Pero lo que de verdad lo hará especial es que vengas tú, y si perteneces al mundo del periodismo, la gestión sanitaria, el ámbito hospitalario, si eres enfermera, psicóloga, médico, trabajador social, trabajas en urgencias o sencillamente te interesa mejorar tu comunicación profesional ten por seguro que serás muy bienvenida.Participarán 112 ponentes, 56 talleres y 12 mesas redondas, es uno de los mejores programas de su historia dinamizado por unos comités organizador y científico ejemplares.
Conciencia, Compasión y Espiritualidad en clínica
Vivimos tiempos en los que el paradigma de evolución de la medicina parece estar mediatizado por el gran desarrollo tecnológico. Usar tecnología aplicada para mejorar la salud es bueno pero no debemos ser ingenuos, si no miramos a los ojos y escuchamos con plena atención al paciente nuestra actuación no será correcta.
Existen hoy potentes fuerzas deshumanizadoras de la relación sanitario-paciente. Ponemos como ejemplo la sobrecarga de los profesionales, el agobio de estos, la desinversión en servicios sanitarios, las estructuras organizativas obsoletas, la falta de liderazgo y de trabajo en equipo, la prisa, la obsesión por la eficacia, el modelo de crónicos basado en patologías y no en la persona y el exceso de ruido en todo lo concerniente a la salud y la enfermedad.
Humanizar significa priorizar y desarrollar lo humano. En la asistencia sanitaria tiene que ver con la forma en que el paciente es tratado, con la relación sanitario-paciente y con aplicación de comunicación de máxima calidad. Ingredientes como la conciencia plena y la compasión son fundamentales. También reconocer todas las dimensiones del ser humano en su complejidad e interdependencia y no quedarnos sólo en los niveles psicosomáticos.
El enfoque biopsicosocial del ser humano constituyó un gran avance en clínica a la hora de tratar y cuidar a una persona en tiempo de enfermar. Sin embargo las ciencias aplicadas de la salud no terminan de tener en cuenta su amplia dimensión existencial, espiritual o transcendente salvo excepciones como los cuidados paliativos.
Estamos atrapados por deficiniones de salud como la de la OMS: "La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y también social, no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia", en las que se equipara salud con bienestar, viniendo a decir que el malestar nos aleja de la salud, cuando esto no siempre es así. La vida lleva implícita una carga inherente de malestar que no es enfermedad. El problema surge cuando el ciudadano ante cualquier tipo de malestar acude al sistema sanitario por ayuda. Es frecuente que a consulta acudan personas que sufren por una pérdida, un problema relacional, laboral o económico. De esta confusión se derivan problemas como la saturación del servicio sanitario, el sobrediagnóstico, el sobretratamiento y la pérdida de tiempo y energía por ambas partes.
Reconocer y acoger el sufrimiento y el malestar del paciente es labor de los profesionales de la salud que en todos los casos habrían de ser capaces de nominalizar la situación para ayudar al paciente a construir su propia narrativa. Contextualizar también es importante, mucho sufrimiento y malestar no pertenece al ámbito de la enfermedad y habrá de ser manejado fuera del sistema sanitario. Orientar finalmente cerraría el proceso que permita al ciudadano seguir caminando hacia la solución o mejor manejo de su problema. Para su correcto despliegue estas habilidades precisan de un alto nivel de conciencia y empatía por parte de los profesionales. Para conseguir mejorar la conciencia plena en consulta es necesario detectar los distractores y automatismos tanto externos como internos. También ayudarán todas aquellas circunstancias que aporten calibración, equilibrio y afinamiento al profesional como actividades artísticas, musicales, literarias, o cualquier actividad creativa, hacer deporte, cultivar espacios de silencio de calidad y buena comunicación, etc... La empatía se ha reconocido desde hace años como imprescindible en toda profesión o actividad de ayuda a otros. Hay grados de calidad en la misma siendo el superior la empatía compasiva que es capaz de transmitir a la persona que sufre comprensión, confianza, seguridad, aliento y apoyo. Esta habilidad también es susceptible de mejora continua tanto con la práctica externa como con ejercicios personales como los que implementan las terapias psicológicas cuaternarias.
Ampliar la visión de los profesionales de la salud para que tengan en cuenta esta capa de realidad de sus pacientes redundará en una relación clínica más sólida y un mejor cuidado de estos, así como en mejorar los autocuidados propios y en la prevención del desgaste profesional.
El taller tratará de establecer un marco teórico y práctico para ayudar a que cada profesional de la salud pueda identificar esa dimensión en sí mismo y relacionarse con la del paciente cuando sea adecuado por su situación clínica o su circunstancia.
ESTRUCTURA DE LA MESA
1. Experiencia personal de sufrimiento, enfermedad y muerte. 2. Espiritualidad en ciencias de la salud. Marco teórico. 3. Dimensión existencial/espiritual/transcendente del profesional y del paciente, ¿Es posible el encuentro? 3. ¿Cómo generar conciencia en consulta? 4. ¿Cómo generar compasion en consulta? 5. Manejo práctico del sufrimiento de causa existencial/espiritual/trascendente en consulta
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Si tienen interés pueden visitar la web del congreso aquí, el blog, o echar un ojo al programa.
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