Estamos de vacaciones, ya lo sabéis, hoy día de San Fermín, el mismo día que se estan celebrando las jornadas #videoysalud , queremos felicitar a los organizadores y asistentes por el éxito y la calidad de las mismas, y dejar constancia de que nos hubiera encantado asistir y compartir experiencias con ellos, pero Euskadi queda una "mijita" retirado del sur, y con este tiempo que está haciendo sería un crimen abandonar semejante espectáculo de luz y color.
Pero en estos días de desconexión, no sólo sirven para tomar el sol y disfrutar, tambien te ayudan a tomar conciencia de lo que hemos hecho, y me paro en la experiencia que me ocurrió el día previo al descanso estival, por esto de la memoria cercana.
Una pregunta, ¿Como respondéis ante la amenaza de una reclamación como profesional, por parte del familiar de un paciente?. Seguro que a mas de uno de os ha pasado alguna vez, donde la familia presiona para tomar alguna medida que consideráis innecesaria y aun así se realiza sobre el paciente, ya sea algo incruento, o lo mas sanguinario del mundo, tan sólo para aliviar la conciencia de la familia, y evitar problemas al profesional.
Pues bien, paso a comentaros como respondí yo.
En un principio, cuando me surge esta desagradable situacion, siempre me suelo preguntar en qué me estoy equivocando, y hasta donde puedo llegar, pero una vez que creo que estoy haciendo lo correcto lo sostengo hasta las ultimas consecuencias.
También quiero contextualizar este incidente en el clima crispado que existe entre la población, que exige unos servicios que den siempre la respuesta que esperan, con escaso margen de frustracion, y un profesional sanitario, sin compasión, que se siente castigado y minusvalorado, presuponiendo que cumpliendo unos mínimos, ya está haciendo correctamente su trabajo; pero sobretodo lo encajo en una falta de confianza y de respeto mutuo que se ve reflejada en hechos como este.
Bien paso a comentaros la experiencia, a ver si conseguimos reflexionar sobre la misma y sacar alguna conclusión, espero vuestros puntos de vista.
La paciente se encuentra sentada en el sillón junto a la cama.
Tras el aseo habitual y el desayuno de los pacientes, paso a realizar las tareas normales de la mañana, control de constantes, vías periféricas, curas, sondas, etc., al ser fin de semana el pase de sala con el especialista se limita al mínimo que una urgencia requiera.
Al llegar a esta paciente, la familia solicita insistentemente el control de la saturación, sin embargo yo le explico que con la valoración clínica, la observacion de la paciente y con la toma de constantes habituales no es necesario. Sin embargo la familia insiste en la colocación del saturímetro para, según sus propias palabras, "quedarse tranquila", ante lo que me niego dándole las explicaciones oportunas sobre la medida innecesaria, aunque me doy cuenta que no quiere escuchar las explicaciones, sino que con tono amenazante me pide el nombre y me desafía a la monitorización de la saturación o me pondrá una reclamación, y sigue insistiendo en la necesidad de conocer la saturación de oxigeno y que desconozco lo grave que se encuentra la paciente, a lo que respondo que describiendo perfectamente la situación, patología, antecedentes, pruebas diagnosticas pendientes, y vuelvo a preguntarle a la paciente cómo se encuentra, contestándome "perfectamente". Con este escenario la familia insiste en que necesita "quedarse tranquila" y que si no soy capaz me pondrá una Hoja de Reclamaciones.
Ante esta amenaza, le facilito los datos, comentándole que soy responsable de mis decisiones, y continuo realizando la dinámica de trabajo con esta paciente y el resto que hay en la misma habitación.
Viendo mi respuesta, y que no estoy dispuesto a sobrepasar los "limites de la obediencia", la familia comenta en tono despectivo _ "qué se habrá creído, con el poco trabajo que le cuesta. Parece que aquí hay pocas ganas de trabajar hoy"_, ante esta provocación no entro en la discusión y continúo realizando mi trabajo.
Esta misma insistencia la muestra con el resto de compañeros del turno, incluso solicita valoración por el especialista de guardia, que mantiene la misma actitud con la paciente y familia, pero ante el cual no alude a "reclamacion" alguna (será que al gremio médico, no se le discuten las decisiones).
Bueno, esta situación tan desagradable, cada día está siendo más habitual, y me pregunto qué tendrá la enfermería para que tenga que ponerse en duda tan a menudo su criterio y sus decisiones, será que siguen viéndonos como meros técnicos-ayudantes.
Supongo que será por diferentes motivos, pero creo que mucho tiene que ver con nuestra falta de asertividad, para lo que ya dimos solución y alguna pista, incluso y manual de instrucciones. Tenemos la sensación de que cualquier compañero nos va a dejar con el "culo al aire" (eso del "corporativismo responsable", no va con nosotros), y tampoco queremos tener problemas, ni por arriba, ni por abajo, ni con el de al lado, entramos por todas, así luego sólo nos queda lamentarnos por las esquinas o mirar el reloj deseando terminar nuestro turno.Igual es mucho suponer, y lo mismo es que la enfermería sólo tiene lo que se merece, y todo esto es fruto del calor del verano.
En fin, que con este tiempo me voy a tomar un gazpacho fresquito y salgo para la playa que lo contrario sería un crimen.
@carlosnunezo@homosanitarius