Antes de que todo esto ocurriera, asistimos al mini concierto de Cyan, que empezaron fríos, para poco a poco desenvolverse en el enorme escenario tal y como son: intensos, potentes, y con unos medios tiempos que siempre, siempre son acertados. Javi Fernández es uno de esos genios de la música española que, a pesar del gran talento que posee, no acaba de verlo plasmado en el éxito que merece. Cyan es un grupo que debe permanecer por méritos propios en la escena musical española, pues su sensibilidad y talente es único. Ojalá, los asistentes al concierto de ayer hayan sido capaces de ver parte de todo esto y darles más oportunidades, pues sin duda se las merecen. Solo con escuchar la canción, Solo es una herida, merece la pena asistir a un concierto del grupo de Barcelona, que además, nos regaló canciones como Belva o Turistas heridos. Además, no solo disfrutamos de Cyan antes del concierto de Izal, pues tuvimos la suerte de disfrutar de la sesión de Pablo Arribas, más conocido como DJ Pichurra, donde una vez más, fue capaz de plasmar esa especial sensibilidad que tiene para elegir temas que nos atrapan. Ayer, para calentar motores, sonaron grupos como Dardem, Pasajero, Vetusta Morla o Amaral,en lo que, sin duda, fue el aperitivo perfecto para el atracón de buena música que vendría después.
Y como solo ocurre en los sueños, la intro del concierto fue un homenaje del grupo a sus seguidores. Las pantallas se llenaron de los años (2010-2015), período de vida del grupo, en el que uno a uno fueron recordados los concierto míticos de la banda, en tan corto espacio de tiempo. La Joy Eslava, la plaza del trigo en el legendario concierto del Sonorama de Aranda de Duero, donde, quizá, se produjo el salto definitivo de la banda para convertirse en un grupo de masas, la Sala La Riviera, hasta estallar en una imagen general del abarrotado Palacio de los Deportesde Madrid, que pilló por sorpresa a sus seguidores mientras veían sus caras reflejadas en las pantallas. Después llegaron más de dos horas de concierto y más de veinte temas (incluidos dos canciones nuevas de su próximo disco: En aire y hueso, y Hacia el norte) interpretados por unos músicos tocados por la varita mágica de las sensaciones que se convierten en sueños. Un concierto que contó con las colaboraciones de Iván del Castillo a la trompeta en diferentes momento de la noche, Jairo, de De Pedro en Palos de ciego, Juan Aguirre en Magia y efectos especiales o Carmen París en Agujeros de gusano.
El broche de oro a tan singular y mágica noche fue la cara de felicidad de los componentes del grupo, que no se creían aquello que estaba viviendo; una incredulidad teñida de felicidad que se reflejaba en sus caras y en las palabras que Mikel Izal pronunció al finalizar el concierto, justo antes de sonar, Prueba y error, la última canción de la noche: «ha sido tal y como lo soñamos un día, gracias por hacerlo realidad».
Ángel Silvelo Gabriel.