La tecnología dermatológica ha desarrollado láseres y otros dispositivos que mejoran la calidad de vida de nuestros pacientes como puede ser el tratamiento de hemangiomas con Láser o el control de la hiperhidrosis a través de microondas. En resumen, hoy la dermatología moderna puede ayudar a mejorar la vida de las personas a través de la piel. De todo esto hemos hablado en el I Simposio sobre Innovación en Dermatología que hemos realizado recientemente en la Fundación Ramón Areces.
En nuestro I Congreso de Innovación en Dermatología se ha hablado de temas fascinantes, entre los cuales quería destacar los siguientes:
- El profesor Jose Cabrera, ingeniero, nos habló de cómo incorporar la innovación en la gestión y en nuestras vidas. Una charla realmente motivante. El profesor Cabrera tiene un blog muy interesante.
- La dermatóloga Rosa Taberner, líder en comunicación online, resaltó la importancia de que los médicos estemos presentes en el mundo virtual para aumentar el poder de la información rigurosa de nuestras especialidades. La doctora tiene un blog realmente innovador que os recomiendo lo visitéis.
- El profesor Jose Luis Jorcano nos habló de cómo a través de bioimpresoras 3D puede crear piel usando “biotintas” con los distintos componentes de la piel (queratinocitos y fibroblastos). Las posibilidades de estos avances en quemados o enfermedades con grandes defectos cutáneos son asombrosas.
- El Profesor Izpisua, que dirige el laboratorio Salk de La Jolla, California, nos deslumbró con su humildad y potencia al mostrarnos los avances que están realizando en animales, incorporando células de unos animales dentro de otros y produciendo las llamadas “quimeras”. Los efectos “rejuvenecedores” de estos experimentos parecen que pueden ser una realidad en breve. El Profesor Izpisua es capaz de “reprogramar” determinadas células para lograr una mejor funcionalidad de las mismas. Además está trabajando en desarrollar células humanas dentro de vacas o cerdos para poder obtener órganos que pudieran servir para realizar transplantes.
Y por último no olvidar que la verdadera revolución, la innovación más disruptiva, a veces consiste en volver a las raíces de la medicina, dedicar tiempo y energía al paciente e implicarnos en sus problemas. Los médicos debemos aprender a comunicar mejor con los pacientes, los cuales muchas veces tienen expectativas no realistas de su enfermedad. Decía Nietzsche que el médico que no entiende de almas no entiende de cuerpos. La verdadera medicina personalizada consiste en sentarte al lado del paciente y hacerle sentir que le importas.
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