- Freír 3 ó 4 rebanadas de pan y 2 dientes de ajo en una sartén con un chorrito de aceite y reservar.
- Sazonar ½ conejo troceado con sal y orégano, y freír en el mismo aceite, y pasar a una cacerola.
- Batir el pan con los ajos y un buen chorro de vinagre. Se añade al conejo con un poco de agua, un chorro de vino blanco y perejil. Dejar cocer suave hasta que esté tierno.