El título de este post coincide con el de un libro. Durante los últimos años se está produciendo un fenómeno que antes no ocurría o al menos no como ahora. Personas que trabajan o han trabajado en lo que conocemos por Industria Farmacéutica (concepto muy general pues en torno a los medicamentos se mueven muchas empresas con muy diferentes actitudes y enfoques), están saliendo a la palestra para contarnos las verdades incómodas sobre la misma. Para ello supongo que es especialmente interesante la difusión que se consigue a través de Internet ¿dónde si no iban a contarlo? En este caso se trata de una mujer, Gwen Olsen, que ha estado trabajando en la industria farmacéutica durante 15 años como representante, lo que aquí conocemos como visitadora médica. Es la autora del libro citado. Afirma que era una de las mejores entre los mejores. Yo no lo dudo pues he conocido a vendedores de la industria que podían acreditar que estaban entre los mejores y fueron despedidos (por lo general) o se marcharon por no poder aguantar lo que les obligaban a hacer.
Les aconsejo que vean el video entero pues sólo son siete minutos. Dice Olsen que “la industria farmacéutica se ha vuelto loca“. Y entiendo perfectamente a qué se refiere pues por lo general, los grandes laboratorios multinacionales y sus imitadores, han entrado en una fase de mercantilismo tal e interés absoluto por el beneficio económico que de alguna manera ni ellos mismos son capaces de controlarse. Estoy de acuerdo con ella en que los ciudadanos debemos recuperar nuestro poder (y no sólo sobre nuestra salud) y exigirles responsabilidades a los laboratorios por los productos defectuosos que colocan en el mercado y por numerosas prácticas que bordean la ley cuando no la saltan sin complejos. Y no digamos ya la ética. Y aprender a diferenciar entre enfermedades reales y desarreglos cotidianos, como explica la ex visitadora refiriéndose al fenómeno del tráfico o invención de enfermedades, disease mongering, que dicen los anglosajones (intentar que todos estemos enfermos aunque no lo estemos).
Tras tantos años en la industria esta mujer cree que hay alternativas más eficaes que los fármacos, como vigilar los aspectos nutricionales de nuestra dieta y nuestro estilo de vida, hacer ejercicio. Pero sobre todo autoeducarnos, cuidarnos nosotros mismos para no ser manipulados.
Más info: Libros Traficantes de salud y La salud que viene.