Hoy he ido al médico con Reyes. También se pone malita alguna vez. No estaba nuestra fabulosa pediatra . La doctora suplente enseguida pregunta, ¿Tienes una hermana pequeña que se llama María Teresa?. Si.
Nos cuenta que solo en dos ocasiones a lo largo de su vida profesional ha tenido que solicitar una UVI urgente, y una de ellas fue para atender a nuestra chica con síndrome de down.
Regreso a esos momentos tantos años atrás. Acudir al centro de salud corriendo, era por la tarde recuerdo, 40º de fiebre, el cuerpecito desmadejado lleno de petequias que anuncian una sepsis, insuficiencia respiratoria, médicos aquí para allá, caras de preocupación, yo llorando y preguntando al que me quisiera escuchar ¿se va a morir? .
Y me emociono al recordarlo como si hubiera sido ayer. La angustia, el miedo absoluto a que ocurra una tragedia y no poder hacer nada por evitarlo. Vuelve a mi memoria el médico de la UVI móvil y sus palabras: "tranquila, respira, ven detrás de nosotros con el coche, que esta niña sale adelante.Todo va a ir bien"
¡¡Y vaya si salio bien!!. La doctora ya lo sabía, porque hizo un seguimiento y de vez en cuando echa un vistazo a su historia para ver su evolución. Hay pacientes, que te llegan al corazón.
El primer año y medio de vida fue horroroso, pero salimos victoriosos y mucho mas fuertes. Ahora esta físicamente divina y así se lo confirmaba Conchi, la enfermera que la ha visto crecer desde que acudimos a los pocos días de nacimiento a su consulta.