Y es que, según el sector que protesta, este territorio ya está siendo gravemente agredido por la construcción de edificios residenciales como para someterlo a un daño ecológico mayor. Las dunas de La Herradura son un enclave único en el paisaje de esta zona de Chile, pero dadas las leyes del Código Civil de esta nación, solo es playa la zona de arena que resulta mojada durante los movimientos de las mareas, el resto no y, por tanto, puede ser de titularidad privada.
Este amplio movimiento social de defensa de este terreno por su alto contenido ecológico, que se ha organizado incluso entorno a una página en internet, tiene enfrente los argumentos de las autoridades locales que consideran que el dinero invertido en este proyecto, unos cinco mil millones de pesos cedidos por el Gobierno Regional, ya no permiten que se traslade la construcción de la piscina olímpica a otra zona. Algo que se apoya por la Asociación de Natación, que además es uno de los gestores de este plan.