La Navidad es una de las épocas más importantes en occidente, convirtiéndose en una fiesta celebrada, tanto por creyentes como no creyentes, como unos días señalados que simbolizan la unión familiar, el reencuentro y la alegría.
Sin embargo, a pesar de su popularidad, la Navidad no es una época que agrade a todo el mundo por igual. Prueba de ello es que la venta de antidepresivos aumenta considerablemente en estas fechas, alcanzando hasta un aumento del 40% en las Navidades de 2012.
Experimentar depresión o ansiedad en Navidad es algo muy común en una parte de la población. Entre los conflictos más comunes en época navideña encontramos los siguientes:
1. Tensiones de pareja: En época de vacaciones pasamos más tiempo con nuestra pareja. Esto puede desembocar en roces y discusiones que hagan que nuestra ansiedad aumente en cierto grado.
2. Organización de los festejos: Este suele ser uno de los motivos de disputa más común en esta época. Elegir el lugar donde se hará la celebración, mediar con toda la familia, escoger los regalos… Muchas tareas que pueden desembocar en una situación estresante.
3. Conflictos familiares: Llegada la Navidad aparecen los fantasmas del pasado. Reencontrarnos con familiares que nos son de poco agrado, retomar disputas no zanjadas o tocar temas sensibles para la familia pueden ser motivos para desencadenar un conflicto durante la cena de Navidad.
4. Falta de seres queridos: La Navidad también es una fecha llena de nostalgia para muchos. Recordar a aquellos que ya no están puede generar depresión en ciertas personas.
5. Temas personales: Enfrentarse al final del año supone hacer un balance sobre nuestra trayectoria personal. No haber conseguido todo lo que nos habíamos propuesto o encontrarnos en una situación de estancamiento puede ser motivo de frustración. La situación laboral actual o las preocupaciones económicas son dos factores que aumentan la ansiedad.
Los doctores James Randolph Hillard y John Buckman admiten que en época navideña pueden surgir diversos conflictos y emociones derivados de esperanzas no fundadas en la realidad, seguidos de frustraciones, por una mayor necesidad de dinero o por una presión mas acentuada para alternar con los familiares. Pero son pocas las personas incapaces de superar tales tensiones.
Hablar con familiares o amigos sobre la ansiedad o el estrés que nos supone esta situación, es una buena opción de intentar sobrellevarlo. Sin embargo, en caso de sufrir una situación más delicada, en la que uno mismo sea incapaz de canalizar esta ansiedad, debe visitar a un experto que le aconseje y le oriente para poder superarlo.