Conociendo a Samper…

Por Marcelogardinetti @marcegardinetti

“En primer lugar, en el taller de Le Corbusier se aprendía arquitectura a través de realizar croquis de la arquitectura existente. En segundo lugar, se aprendía que la arquitectura hay que pensarla y escribirla. Le Corbusier escribía mucho, yo aprendí que la arquitectura es más que dibujos. Veía a Le Corbusier luchar por sus ideas, que no sólo estaban dibujadas sino escritas. Escribir es un ejercicio intelectual que obliga a sintetizar, a clasificar, a ordenar ideas…” Germán Samper

En 1947 Germán Samper fue uno de los numerosos estudiantes de arquitectura que, ávido por conocer a Le Corbusier en su visita a la ciudad de Bogotá, presenció sus conferencias y siguió cada una de las actividades públicas realizadas durante la estadía del 16 al 24 de julio.

Tan significativa experiencia fue definitiva en la vida del arquitecto colombiano, quien desde ese momento se propuso llegar a formar parte del Atelier del 35 Rue de Sèvres.

Fue una ardua tarea que implicó entre otros temas, estudiar francés, mediante una beca poder viajar a París (para ingresar al Instituto de Urbanismo), comenzar a trabajar en tan prestigioso atelier dibujando por las noches y finalmente con la ayuda de Rogelio Salmona quedar incorporado formalmente por Georges Candilis.

Lejos de su país, familia y amigos, Germán comenzó su verdadera práctica como arquitecto en medio de un grupo de arquitectos de varias nacionalidades, idiomas y costumbres, que tenían en común el interés por la arquitectura que el arquitecto suizo realizaba con tanta lucidez, energía y trascendencia. Proyectos alrededor del mundo se desplegaban en las mesas del corredor del convento en la rue de Sèvres y es indudable que este contacto directo fue definitivo en su formación. Presenció el diseño de la ciudad de Chandigarh en Punjab (India), el Plan Piloto de Bogotá o las casas Jaoul en Francia, proyectos en los cuales intervino activamente en alguna parte del proceso y en muchos más como espectador.” ¹


Serán cinco años (de 1948 a 1953) de una vasta y profunda formación profesional, con intervención en trece importantes proyectos tales como el Plan Director para Bogotá, Marsella Sur, el Edificio de la Corte de Justicia, Palacio de los Ministerios y Plano Urbanístico de Chandigarh , etc. y donde; parte de sus aprendizajes incluyen los viajes de estudio.

Cuando planeaba el viaje a Bérgamo, Le Corbusier aconsejó a sus colaboradores colombianos hacer un viaje por Italia. Un viaje de estudio. Un viaje como él mismo hizo en su juventud. Les recomendó no llevar cámara fotográfica y, por el contrario, cargar las maletas de libretas, lápices y colores para dibujar. Aquí comenzó un período de la vida de Semper que hasta la fecha, forma parte de uno de sus acervos más importantes: el dibujo a mano alzada. En los apuntes de viaje Samper contó que Le Corbusier les decía que cuando una persona traza una línea en un papel es porque ya se ha hecho un análisis, es un proceso”.” ²

Ya de regreso a Colombia, Samper iniciará su personal trayectoria arquitectónica, durante más de 60 años y en forma continua. Al principio en el Banco Central Hipotecario o como arquitecto independiente y luego, desde 1958 asociado a la firma Esguerra-Sáenz-Urdaneta-Suarez.

Al desvincularse dos de sus socios, Daniel Suarez Hoyos en 1964 y Rafael Urdaneta Holguín en 1976, el Estudio pasó a llamarse Esguerra, Sáenz y Samper Ltda.

 “Llegó cargado con un equipaje de enriquecimiento personal inestimable, que puso al servicio de la sociedad  y de la ciudad. Su claridad de conceptos, su rigor y disciplina le permitieron, como a pocos, ser un arquitecto universal en el sentido más literal. Podía cambiar de escalas y de temas con plena naturalidad, pensar la ciudad, plantear torres emblemáticas o recintos recogidos para la música, o mágicos para hacer brillar el oro, o dignos para trabajar, siempre para habitar. La razón de esa versatilidad y maestría era un común denominador, como el respeto y la consideración por la gente, objetivo principal de su trabajo. ³

Esos recintos recogidos para la música, es sin duda la Sala de Conciertos de música de cámara, de la Biblioteca Luis Ángel Arango. El proyecto construido en dos etapas (1955-1966), comprende una biblioteca para albergar la colección de libros del Banco de la República; la gran sala de lectura y su  sala de música.

De la primera etapa, diseñada por Rafael Esguerra García, se destaca la gran sala de lectura, cubierta por una bóveda monumental de concreto con vigas curvadas que se entrecruzan en dos sentidos, creando una retícula diagonal en la que tiene cabida un patrón rítmico de perforaciones con claraboyas para la entrada de luz cenital. El concreto de la cubierta se dejó a la vista, contrastando con los muros enchapados en madera.


De la segunda etapa se destaca la sala de conciertos de música de cámara de planta ovoide, cuya solución acústica y arquitectónica se resolvió por medio de la doble curvatura de su piso, con cómodas sillas individuales que dan perfecta visibilidad. La iluminación, discreta y elegante, crea un recinto armónico y bellamente adecuado a su función. La cubierta suspendida en madera determina y modela el espacio arquitectónico e interrumpe el espacio de doble altura, para ocultar los elementos mecánicos y resolver plenamente su acústica. Su altísima calidad de construcción ha permitido que la sala siga siendo hoy un espacio preferido por músicos y audiencia de primera línea en la capital. Un espacio para oír bello, confortable y ante todo de acústica perfecta. Deleite para todos los sentidos.


En el documental El camino de un arquitecto (2018), donde se retrata su ejercicio profesional,  Samper afirma: “La madera ha sido siempre el material ideal para instrumentos y nos pareció que eso (la sala) podría asemejarse a un instrumento, un espacio que es para oir música pues debe tener una relación armónica con los instrumentos que se tocan. La estructura de madera que está suspendida, nos permite dejar un espacio muy importante para que el sonido que salga por esos vacíos, que llegue acá y se disperse. El mérito de esto no es solamente el diseño sino la construcción.”



Samper crea en la Sala de Conciertos un espacio para las emociones, estudia minuciosamente cómo componer esa “urdimbre” elíptica de madera, que envuelve y acoge a músicos y espectadores. Su diseño es tan protagonista como los sonidos musicales que se interpretan, en un sublime dueto.

En términos generales, toda la obra arquitectónica y teórica de Germán Samper, muestra su profundo interés por la arquitectura, la ciudad y su gente. En su vasta trayectoria, se pueden mencionar destacadas obras tales como el Museo del Oro en 1963, (por el cual ganó el Premio Nacional de Arquitectura de Colombia), el edificio Avianca en 1968, el Centro de Convenciones en 1979, el Banco de Occidente de Bogotá en 1984 y la Ciudadela Colsubsidio de Bogotá a partir de 1990.

Urbanista, arquitecto, investigador, con un gran compromiso social que se refleja en proyectos realizados sobre viviendas para sectores populares (Barrio de autoconstrucción “La Fragua” de 100 viviendas – Bogotá,1958 , Concurso Internacional Proyecto Experimental de Vivienda PREVI Lima, Perú – 1969, 1800 viviendas; entre otros) y en propuestas urbanas para la ciudad contemporánea latinoamericana, (Ciudadela Real de Minas para 60.000 habitantes, Bucaramanga, 1980) que buscan definir ciudades más humanizadas.

Desde 1995 continuó trabajando asociado a su hija Ximena Samper de Neu, en el estudio GX Samper. En Colombia su legado está presente en cada una de sus obras, en sus intervenciones urbanas, en las vivencias de sus habitantes, su arquitectura trasciende a través de su pensamiento, sus reflexiones, sus libros, sus dibujos y su generosidad manifiesta en todos sus proyectos, quizás por aquello que le decía Le Corbusier: “Hay que cargar la semilla, no la flor”.

©Mg. Arq. Dolores Gómez Macedo



Fotografías:

© Diego Samper, © Germán Tellez, © Nicolás Galeano

Referencias:

1- Balkrishna, Doshi, Campuzano Castelló, Carlos, Daza Caicedo, Ricardo…Topelson, Sara, Germán Samper, Panamericana Formas e Impresos S.A., Colombia, 2011, p.40.

2- Ibid, p.18.

3- Ibid, p.159.

4- Ibid, p.84.


 Ficha Técnica

 Biblioteca Luis Ángel Arango – Sala de Conciertos

Cliente: Banco de la República

Proyecto y Construcción: Esguerra, Sáenz y Samper Ltda.

Cálculos Estructurales: Doménico Parma

Bogotá, Colombia, 1962-1966

Área: 7.200 m²

TECNNE | Arquitectura y contextos