La iniciativa Gripe y Calma fue un paradigma del papel que los profesionales sanitarios pueden tener en un momento de crisis social como fue la epidemia de gripe A del año 2009 que suscitó alarmas, vacunaciones masivas y uso de antivirales de una forma sobredimensionada. Un grupo de médicos de familia salió a la arena pública para explicar lo que estaba pasando y aportar evidencia científica que aportara valor a la sociedad. Este tipo de acciones, individuales o colectivas, son necesarias en nuestro tiempo. La voz de profesionales independientes en cualquier campo es de gran valor dentro de un paradigma guiado por intereses económicos y comerciales.
Algo está moviéndose lentamente. Espero que la voz de los que se dedican a la salud salga desde sus consultas a la calle.