Al contrario que algunos animales, el metabolismo humano no puede fabricar vitamina C, por lo que tenemos la necesidad de ingerirla a través de la alimentación.
La carencia de esta vitamina se llama escorbuto. Si bien en la actualidad no existe una carencia extrema, se puede hablar de bajo consumo.
El papel de la vitamina C en la prevención del cáncer
Los estudios actuales se desarrollan en torno la relación entre bajo consumo continuado de esta vitamina y la aparición del cáncer.
Se cree que es posible que el organismo se haga más resistente a ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón o estómago con un aporte óptimo de vitamina C.
Situaciones que requieren un aporte mayor de vitamina C:
- Estrés
- Tabaquismo
- Alcoholismo
- Embarazo
- Algunas enfermedades de origen vírico.
En estos casos sería recomendable un suplemento vitamínico para garantizar las necesidades del organismo, pero teniendo presente que en ningún caso sustituirá a los aportes diarios de otras vitaminas y nutrientes.
Alimentos con mayores aportes de vitamina C
La creencia general es que los cítricos como la naranja y el limón son los alimentos que más vitamina C tienen en su composición, cuando lo cierto es que hay otros alimentos con mayores o similares aportes:
- Caqui
- Perejil
- Pimientos
- Fresas
- Repollo
- Patatas nuevas, etc…
Añadir finas hierbas a la hora de alizar una ensalada, no solo realza su sabor, también aumenta sus vitaminas.
Conservación de la vitamina C
Esta vitamina se degrada rápidamente con el calor, la luz y en contacto con el aire. Es necesario consumir los productos que la contienen lo más pronto posible o guardarlos en lugares frescos y oscuros.
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