- Hay que evitar guardar los esmaltes en el cuarto de baño, pues al ser un lugar cerrado donde se concentra mucho calor y humedad perjudica el correcto equilibrio de sus componentes químicos.
- Hay que guardarlos en una caja o en un cajón, en una habitación fresca, alejados de fuentes directas de luz y calor, como puede ser una ventana o una lámpara.
- Mantén siempre los esmaltes bien cerrados y también hay que procurar que mientras los estemos usando este el menor tiempo posible abiertos.
- Si el esmalte ya ha empezado a espesarse, peor aún no tiene grumos, puedes probar a recuperarlo. Recuerda que nunca debes echarle unas gotas de quitaesmalte, porque lo que harás será disolverlo y estropear su composición. Lo que debes usar es un diluyente especial para esmaltes de uñas.
- El truco para abrirlo es poner el frasco de esmalte, solo la parte del tapón, debajo del grifo con agua caliente, para que se dilate y luego con un trapo ábrelo mientras está caliente.
- Si sigue dándote problemas el frasco cada vez que lo abres una la rosca con un poco de vaselina siempre que lo uses.