Desde el primer día que empieza el Camino hasta el último tenemos que dedicarles especial atención a nuestro pies, ya que ellos son quienes nos tienen que llevar a Santiago y si los mimamos nos llevarán seguro.
A continuación daremos una serie de consejos para que nuestros pies no sufran durante las etapas del camino. Queremos destacar que no importa los días que hagas el camino ni la etapa, los pies debemos mimarlos.
- Higiene: al final del día tras haber hecho la etapa es aconsejable lavar cuidadosamente nuestros pies con agua tibia para que se relajen y así poder estar listos para el día siguiente.
- Evitar ampollas: una correcta hidratación ayuda a evitar las ampollas. Antes de salir a caminar aconsejamos aplicarse por todo el pie. No obstante, en muchas ocasiones, no es suficiente y aparecen ampollas… Para ello existen productos que ayudan a aliviar y a curar dichas ampollas o rozaduras. Para empezar tenemos las tiritas de silicona muy parecidas a las de la far
macia que ayudan a que la herida sane y a la vez tu piel respire. Por otro lado si la rozadura ha aparecido en los dedos, existen dediles de silicona que evitan que las ampollas o rozaduras sigan sufriendo y provocando dolor. - Calcetines: para evitar incomodidades o cicatricen aconsejamos utilizar calcetines de algodón sin costuras. Si es invierno también aconsejamos llevaros algunos de recambio de lana por si hace demasiado frío.
- Relajar los pies: durante el Camino notaremos que nuestros pies pasan por distintas fases. En algunas veremos que están realmente cansados y cuesta seguir andando. Es importante mojarlos en una fuente con agua fría en un periodo de tiempo corto y secarlos bien. Si esto pasa muy a menudo aconsejamos utilizar plantillas especificas para hacer el Camino de Santiago.
Con estos consejos seguro que ya podrás hacer el Camino de Santiago sin problemas y disfrutar como es debido.
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