En ese entonces, el único sistema para tratar la obesidad eran las dietas bajas en calorías y la reducción de la cantidad de alimentos.
Dukan imaginó una manera alternativa para perder peso sin volverlo a ganar, que iría desarrollándose hasta convertirse en el método Dukan, hoy célebre en el mundo entero.
Verdadero fenómeno editorial, su libro No consigo adelgazar se convirtió en un best seller en Francia, su país de origen, y fue publicado en 30 naciones. Millones de seguidores en todo el mundo recurren a su coaching (entrenamiento) en línea, ofrecido en francés, inglés y castellano. Su nombre figura en más de 500 blogs, sitios web y fórums, y sus seguidores siguen en aumento.
¿Cuál es el secreto de su éxito? Un régimen estructurado en cuatro etapas, la última de las cuales, “de estabilización”, es, según él, inédita en los regímenes tradicionales. Una primera fase “de ataque”, basada únicamente en las proteínas, seguida por una fase “de crucero”, en la que se agregan las verduras; luego, en la “de consolidación”, se introducen progresivamente otros alimentos: las frutas, el pan, las féculas y los quesos.
A partir de “la estabilización”, se permiten dos comidas “de gala” por semana. La duración de las fases depende de la cantidad de kilos que se desea perder. Y luego, dos “obligaciones” de por vida: una jornada de dieta proteica pura por semana y dos cucharadas de salvado de avena por día. Recomiendo leer el articulo (utiles consejos para combatir la celulitis)
¿Cómo surgió la idea de su método?
Todo comenzó con uno de mis pacientes, obeso, que había probado muchos métodos y nunca había conseguido adelgazar. Un día me dijo lo siguiente: “Quíteme todo lo que quiera, menos la carne” .
Yo entonces le contesté: “Coma carne durante cinco días, tome mucha agua y vuelva a verme entonces”. Cinco días más tarde, había perdido 5 kilos (11 libras). Fue así como comencé a interesarme particularmente en la importancia de las proteínas en el adelgazamiento.
Luego de 20 días, mi paciente había perdido 10 kilos (22 libras), pero empezaba a cansarse de su plato favorito. Así que comenzamos a agregar verduras, productos lácteos descremados, pescados, etc., siempre sin poner restricción en la cantidad. Luego el método se fue afinando.