Consejos para reparar grietas y fisuras en paredes exteriores

Por Luissantalla

Lo más importante a la hora de corregir las grietas y fisuras no es taparlas, eso casi es lo de menos. Claro está, si entra agua hay que impedirselo. Lo importante es buscar el origen del movimiento que provocó la grieta y a continuación llamar a una empresa de cimentaciones especiales, si es el caso.

En este artículo te explicaré una forma sencilla de detectar el origen y en función de eso podrás elegir un sistema de reparación u otro.

El origen de las grietas y fisuras

Como comentaba líneas arriba, lo esencial es hacer un informe preliminar, o una diagnosis más elaborada para detectar el origen de la patología. Podemos decir que las fisuras y las grietas son patologías físicas, provocadas por tensiones inesperadas, que el elemento no puede resistir.

El origen más habitual de una grieta es un movimiento estructural, y en la mayoría de casos provocado por un asiento en el terreno. Estos se detectan con un sencillo «truco», que nos sirve para adelantar cual puede ser el origen a nivel de pre-diagnosis.

En el resto de casos dependemos de diferentes ensayos (destructivos, no destructivos, ensayos de laboratorio y pruebas de servicio) con las que resolveremos un dictamen final.

El truco

Este truco solamente es válido y casi infalible para aquellas grietas de longitudes superiores a 50 cm y que sean inclinadas, es decir, que no sean ni horizontales ni verticales. Si tienen una inclinación, tenemos muy fácil la detección del origen.

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Si te fijas en las grietas que tienen cierta inclinación, el origen es siempre el centro del posible radio que las dibujaría. O visto de otra manera, la línea perpendicular a la grieta apunta al origen del problema.

Las grietas verticales y horizontales son más difíciles de detectar. Pueden ser originadas por movimientos del subsuelo, o por defectos constructivos, juntas estructurales, cambios en la sección de los elementos… es decir, en los propios puntos débiles de la fachada y de la estructura.

Por qué no funciona solamente el grapado de la grieta

Si se ha producido una grieta el hecho de «cerrar una cremallera» no va a solucionar el problema. Puede solucionarse si se trata de un asiento diferencial del edificio y no va a continuar en el tiempo. Pero hay que asegurarse de donde viene el problema.

Las grietas horizontales y verticales

Si las patologías se producen en un muro de ladrillo u otro tipo de fábrica nos pueden preocupar menos, ya que no se trata de un elemento estructural. Pero según su ubicación podemos ver si coinciden o no con elementos estructurales y nos darán más pistas.

Por errores de proyecto, defectos de ejecución (por ejemplo falta de armado o mala dosificación de materiales), podemos llegar a provocar agotamientos en el material que provoquen tensiones (compresión, tracción, flexocompresión, torsión…) sobre el elemento constructivo y «cascarlo».

Si el elemento agrietado es un elementos estructural, uy! es más urgente. Si se trata de un muro perfectamente vertical, podemos encontrar fisuras verticales, por agotamiento ante cargas verticales, es decir, por compresiones excesivas.

Si las grietas en el muro estructural son horizontales pueden existir dos localizaciones posibles (principalmente) : en la parte alta, en el encuentro con el forjado superior, o en la parte central, donde se podrían estar produciendo empujes no esperados.

imágenes: Juan Pérez Valcárcel (catedrático de estructuras en UDC)

La diagnosis final

El «truquito» inicial hay que tomárselo como un indicativo. Contacta con un profesional que trate habitualmente con este tipo de patologías, y asegúrate de que se hacen los pertinentes estudios.

Te recomiendo pintar en la pared, hacer marcas con la fecha en la que detectas la posición de la grieta, para controlar su avance. Si puedes haz una marca que atraviese la grieta de lado a lado. Si la grieta avanza la dividirá en dos, y podrás fijarte en el propio desplazamiento que está teniendo. Esto ayudará a entender el movimiento que se está dando.

La solución siempre va a pasar por algún tipo de refuerzo estructural, y será en esta diagnosis donde se establezca la prioridad de qué elemento hay que apuntalar y de que manera. Un mal apuntalamiento puede empeorar la situación.