Según un estudio realizado por investigadores del ‘Fred Hutchinson
Cancer Research Center’, situado en Seattle (Estados Unidos), consumir
alimentos elaborados con métodos de cocción de alta temperatura podía aumentar
el riesgo de padecer cáncer de próstata. El equipo analizo datos de 1.549
hombres diagnosticados con cáncer de próstata. A los participantes se les pidió
que rellenaran un cuestionario sobre la dieta e ingesta habitual de alimentos,
incluidos los específicos de los alimentos fritos. De esta manera, encontraron
que los hombres que comían papas, pollo y pescado frito así como rosquillas por
lo menos una vez a la semana tenían un riesgo mayor de padecer cáncer de
próstata en comparación con aquellas personas que solo lo comían al menos una
vez al mes. El consumo semanal de estos alimentos también se asoció con un
riesgo ligeramente mayor de padecer un cáncer de próstata de tipo más agresivo.
Cuando el aceite se calienta aparecen compuestos potencialmente cancerígenos,
como la acrilamida, las aminas heterocíclicas, los hidrocarburos policíclicos
aromáticos, el aldehído y la acroleína. La presencia de estos compuestos
tóxicos se incrementa con la reutilización del aceite.