Un grupo de investigadores estudiaron prospectivamente a 3003 hombres
y mujeres con función renal normal, evaluaron la ingesta de bebidas a través de
un cuestionario de frecuencia de alimentos administrado al inicio del estudio en
el año 2000, y siguieron a los participantes hasta 2013. Entre los 3003
participantes, 185 (6%) desarrollaron ERC en una mediana de seguimiento de 8
años. Después del ajuste por factores de confusión, el consumo de bebidas gaseosas, bebidas de frutas endulzadas, y
agua azucarada se asoció con un mayor
riesgo de desarrollar ERC. Los participantes tenían 61% más probabilidades de
desarrollar ERC. Los investigadores se sorprendieron al ver que el agua era un
componente de este patrón de bebida que estaba relacionado con un mayor riesgo
de ERC. Señalaron que los participantes del estudio pueden haber reportado el
consumo de una amplia variedad de tipos de agua, incluyendo agua saborizada y
endulzada. Además comprobaron que un paciente con ERC que cambió sus patrones
de alimentación y de bebidas azucaradas logro una remisión de la enfermedad. Estos hallazgos de
la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg serán publicados en el proximo numero de la
revista clínica de la Sociedad Americana
de Nefrología (CJASN).