El bombardeo es permanente, especialmente en la televisión. Por cada hora de programación infantil, en Chile se emiten 15.3 minutos de publicidad,Chilevisión y Megavisión son las estaciones que destinan más tiempo a la propaganda comercial infantil- señala un informe del Departamento de Estudios del Consejo Nacional de Televisión de 1998.
Aunque se cree lo contrario, los niños ven menos televisión que los adultos pero reciben más publicidad por hora. Por otra parte, ven más TV en vacaciones, fines de semana y sábados.En cuanto a contenido, un 40% de la publicidad dirigida a niños es de alimentos y un quinto es de dulces y golosinas. El punto en discusión es entonces, dado este nivel de importancia de la publicidad en el "imaginario" infantil: ¿En qué afecta la publicidad a la formación de los niños como consumidores?.Lo claro es que los niños, pese a muchas variantes de edad y niveles de socialización y posibles vacíos en la familia, no poseen los mismos alementos para discernir los contenidos que los adultos.Por ello, se debería tener CONSIDERACIÓN especial con el uso y los mensajes enviados a los niños, Según los patrones clásicos de formación del carácter y valores, elaborados hace décadas, antes del boom de la TV, recién a los doce años los niños empezarían a discernir.Por ello, en algunos países desarrollados como Suecia y Noruega está prohibido totalmente la exhibición de publicidad en horarios de programación infantil de TV.En Finlandia y Dinamarca desde hace 8 años se prohíben los auspicios comerciales a programas dirigidos a niños de hasta 12 años. En Alemania y Holanda están permitidos, pero las empresas no los utilizan por las fuertes críticas y campas de las organizaciones de defensa a los menores de edad. En países subdesarrollados están totalmente permitidos, con unas pocas normas que las regularizan. "Los niños requieren de consideraciones especiales respecto de la publicidad debido a que son menos capaces que los adultos de diferenciar las intenciones y técnicas persuasivas, y son menos capaces de juzgar críticamente sus posibilidades, de su realidad" señala un informe de Consumers International de 1996.