Contra la violencia terrorista económica

Publicado el 01 mayo 2013 por Joaquim
El balance económico y social que presenta España en este Primero de Mayo de 2013 es sobrecogedor. Según cifras oficiales seis millones doscientos mil trabajadores españoles están parados, el 27% de la población laboral, de ellos el 56% jóvenes, con dos millones de hogares en los que no trabaja ningún miembro de la unidad familiar. El paro es probablemente el doble entre los inmigrantes, a un millón de los cuales se les ha retirado la tarjeta sanitaria Se augura además, un millón trescientos mil parados más de aquí a 2016. 
Cualquiera diría que el país está a punto de desaparecer, carente de recursos económicos para seguir adelante. No lo crean: cien mil millones de euros "españoles" reposan en los bancos de Suiza. Y es que el nivel de defraudación fiscal en España es nueve puntos, nueve, superior a la media europea. Es decir, en este país solo pagan impuestos los asalariados (cada día quedamos menos, cobrando  salarios cuya media está alrededor de los 1.100 euros), y los pensionistas (la mayoría de las pensiones de viudedad se sitúa sobre los 700 euro y pico mensuales)
 Claro que también hay jubilados de oro. Alfredo Sanz, el ladrón que hasta hace poco era consejero-delegado del Banco de Santander, indultado por el Gobierno Zapatero tras ser juzgado hace algunos años, ha aceptado irse del banco llevándose una indemnización por su jubilación forzosa de 88 millones de euros. Es muy posible que su declaración de renta le salga negativa y reciba devolución de Hacienda, como tantos otros de su laya.
El tejido industrial español ha desaparecido en poco más de una década. ¿Dónde han ido a parar las empresas españolas deslocalizadas? Porque las cuentas de los empresarios españoles en Suiza no se alimentan solas La semana pasada nos llegaba una pista: en Dacca, capital de Bangla Desh, un edificio en ruinas sede de varias empresas textiles servidoras de marcas europeas en las que se usa mano de obra semiesclava, se iba al carajo; murieron sepultados 400 esclavos y más de 1000 resultaron gravemente heridos (por cierto que las ONG habitualmente tan preocupadas por los niños, no han dicho ni pío sobre los menores muertos en esa masacre: no por nada muchas de ellas reciben financiación de las grandes marcas de ropa y artículos deportivos occidentales). Los tres bengalíes arrestados como propietarios-pantalla de la principal empresa siniestrada han dirigido el foco hacia el propietario real: un ciudadano español, de Reus, llamado David Mayor (o Majó, según otras fuentes). 
El criminal David Mayor se ha dado a la fuga de inmediato. He aquí otro empresario emprendedor y ejemplar, que por cierto, siendo de Reus es muy posible que sea partidario del "derecho a decidir" para los catalanes, aunque al parecer no lo es del derecho a vivir de los bengalíes. 
Para contrarrestar la creciente irritación ciudadana contra este violento estado de cosas y cercenar toda respuesta organizada, el Gobierno española endurece el carácter autoritario y represivo de los aparatos del Estado que maneja, fascistiza y robotiza la policía e incrementa el acoso mediático sobre las organizaciones que luchan contra sus políticas demenciales desarrolladas al servicio de banqueros, especuladores financieros, defraudadores fiscales, blanqueadores de capitales y otros ladrones nacionales e internacionales. Según la Cadena SER, una "unidad especial" de la polícia ha elaborado un informe a petición del Gobierno que establece que todos los grupos de oposición a las políticas gubernamentales españolas están manejados por terroristas anarquistas, mencionando expresamente al 15-M, la Plataforma contra los Deshaucios y a los afectados por las estafas bancarias, entre otras organizaciones, Estos terroristas anarquistas españoles estarían en contacto con otros terroristas anarquistas italianos y griegos en una especie de coordinadora internacional que estaría preparando una rebelión de masas en el sur de Europa. Como pueden ver,  queda claro donde va a parar las toneladas de cocaína que vienen desapareciendo de depósitos policiales desde hace años: la consumen los integrantes de esas "unidades especiales" policiales y sus mandos políticos antes de ponerse elaborar sus informes.
 En medio de este sindiós se alza el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, y  pide "un poquito de paciencia y perseverancia". Si están pensando que Rajoy es solo un imbécil que no sabe en qué mundo vive ("la realidad me ha cambiado el programa electoral", dijo hace un año justificándose), se equivocan de medio a medio. Este Rajoy es el mismo individuo que según El País de hace un par de días ya cogía sobres con dinero negro en la sede de su partido en 1990, y de ahí en adelante. Ergo Rajoy es un ladrón, pero no un tonto.
La respuesta a esta violencia salvaje no puede ser otra que la revolución, una insurrección democrática y popular contra el terrorismo económico que está asfixiando literalmente a los trabajadores y las clases populares de este país. O ellos, o nosotros. Hay que echarlos antes de que acaben con todo, hay que hacer que Rajoy como hicieron con De La Rúa en Argentina, obligarle a huir en helicóptero de la Moncloa. Cercar día y noche la Presidencia del Gobierno, los Ministerios y los centros del poder neurálgico (las sedes de la patronal, del Banco de España, de la Bolsa, etc...), con acciones pacíficas y firmes hasta que caiga el Gobierno. 
Contra el terrorismo económico, movilizaciones masivas en defensa del derecho a vivir como personas de nuestro trabajo, de la libertad, la democracia y la dignidad de los trabajadores y los ciudadanos en general.
En la fotografía que ilustra el post, familiares de trabajadores asesinados por el terrorismo empresarial español en Bangla Desh muestran los retratos de los fallecidos durante una manifestación.