Controlar los niveles de fósforo y magnesio evita complicaciones en pacientes con enfermedad renal, según han destacado los especialistas en Nefrología reunidos en Barcelona para tratar los últimos avances en esta patología.
En esta reunión, organizada por Fresenius Medical Care y auspiciada por la Sociedad Catalana de Nefrología, los nefrólogos han hecho hincapié en las patologías asociadas a la enfermedad renal, que se derivan de la "incapacidad" de eliminar por la orina los metales y el calcio.
Estas son sustancias son "sumamente tóxicas", por lo que es importante controlar sus niveles para evitar complicaciones asociadas como hipertensión, anemia, dislipidemia, osteopatía, malnutrición, neuropatía o mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
"El control de los niveles de fósforo, presente de manera especial en alimentos y lácteos proteicos (carne, pescado, etc) es uno de los objetivos fundamentales en el seguimiento de los pacientes con enfermedad renal, ya que la hiperfosfatemia induce calcificaciones vasculares y sobrecarga cardiaca", explica el jefe de la Unidad de Diálisis del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla en Santander, Ángel Martín de Francisco.
En este sentido, los nuevos fármacos disponibles, que incluyen magnesio en su composición, han demostrado un efecto beneficioso para el control de la hiperfosfatemia por su efecto quelante. Además, estos medicamentos pueden inhibir la pérdida de densidad ósea producida por el exceso de este mineral que en ocasiones sufren los enfermos.
"La hiperfosfatemia, que se produce cuando los niveles de fósforo se sitúan por encima de los 5 mg/dl, produce calcificaciones vasculares y eleva la mortalidad cardiovascular, que es la principal causa de fallecimiento de los pacientes en tratamiento sustitutivo renal", aclara el jefe de la Sección de Diálisis del Hospital Clínico de Barcelona, Francesc Maduell.
Asimismo, un estudio realizado en el Hospital Clínico de Barcelona y presentado en el pasado Congreso de la Sociedad Española de Nefrología, muestra que la combinación de acetato cálcico y carbonato de magnesio proporciona beneficios adicionales en el tratamiento de la hiperfosfatemia en pacientes en diálisis (hemodiálisis y diálisis peritoneal), proporcionando una dosis de calcio reducida.
En este sentido, 'Osvaren' (Fresenius Medical Care), un nuevo fármaco basado en la asociación de acetato cálcico y carbonato magnésico, aporta menos calcio elemental y cuenta con un margen de seguridad amplio, en comparación con otros captores del fósforo con calcio.
"El tratamiento del paciente con enfermedad renal es flexible, pero en el caso de utilizar captores del fósforo con calcio es importante no sobrepasar el límite de los 1.500 mg diarios de calcio elemental. 'Osvaren', al aportar 110 mg de calcio elemental por comprimido, reduce en un 16 por ciento el aporte de calcio comparado con acetato cálcico, y frente al carbonato cálcico la reducción supera el 50 por ciento", concreta Maduell.
"Los resultados del Estudio CALMAG (Calcio - Magnesio) demuestran una buena tolerancia y una eficacia no inferior de 'Osvaren' respecto a sevelamer -apunta de Francisco-. Si a esto le sumamos la necesidad de tomar un menor número de pastillas y un coste de un 80 por ciento menos, el ahorro medio puede estimarse en más de 2.000 euros por paciente al año".
Fuente: Europa press.es
Ana Hidalgo